
Se afirma que la vida de la madera tratada es ilimitada, pues se puede reusar indefinidamente si no ha sido afectado por los agentes externos.
Es uno de los eternos debates, no solo en las directivas, leyes y estrategias sobre energías renovables, sino también en las que atañen a la economía circular y a la bioeconomía. Cada sector quiere atraer la biomasa a su producción para que no se vea monopolizada o privilegiada por un uso determinado.