¡Clientes! Por un lado, es excelente tenerlos porque obviamente te pagan por lo que haces. Y eso es algo bueno, porque prefiero tener un plato de comida sobre la mesa que morirme de hambre, ¿cierto?
Pero por otro lado, los clientes pueden llegar a ser una verdadera patada en el trasero. Los plazos se pueden volver inmanejables, muchas veces nos piden lo imposible, y muchas veces no recibimos el pago que merece.
Pero, ¿sabías que hay un truco secreto para hacer que las interacciones con tus clientes sean un poco mejor? Bueno, no solo un truco, pero sí varios que pueden ayudarte a desaparecer esas arrugas que te sacan y hacer que las cosas fluyan un poco mejor. Y no solo te voy a presentar estos consejos para que los leas, sino para que los pongas en práctica. De hecho, los puedes hacer desde la comodidad de tu sofá. ¿Ves? Te voy a facilitar las cosas.
Comunícate abierta y honestamente
Una historia real: hace un tiempo, solía tener un taller de autos donde hacía de todo desde suspensiones hasta trabajos de interiores. Un cliente vino a mí y quería que hiciera un montón de cosas. Sabiendo que quizás no iba a realizar el trabajo a tiempo o con total disposición, expresé un poco de indecisión, pero de igual forma le dije que sí porque necesitaba el dinero.
Después de un año, no había terminado el trabajo. Estaba evadiendo sus llamadas, y cuando él y su esposa se aparecieron en mi oficina y me increparon en frente de toda la gente, supe que algo tenía que cambiar. Y desde ese día, me he propuesto ser tan abierto y honesto como pueda con todos los clientes.
Quizás te haya pasado algo parecido. Has aceptado un trabajo porque era buen dinero, incluso sabiendo que pueden haber problemas. O tomaste un trabajo fuera de tu alcance porque parecía buena idea tratar de hacerlo. Sea lo que sea, la solución es se abierto y sincero en todo momento. Si tienes dudas con respecto al trabajo, háblalo con el cliente de inmediato. Si no podrás entregarlo a tiempo, déjales saber con tiempo.
Hazte amigo de tu cliente
Hace un tiempo tuve una reunión amena con un cliente. Quería que escribiera algo para su imprenta, pero antes de hacerlo, quería darme un tour por las instalaciones. Cuando lo hice, la palabra que no dejaba de decir era “compañero”. Fue tan interesante para mí que tomé nota de ello para futuras referencias.
Ya sea que hayas empezado como autónomo o ya llevas tiempo en ello, hay una tendencia de pensar que los clientes son solo eso: clientes. Ellos son diferentes a ti, así que deberían ser tomados en cuenta como elementos aparte. Pero si los tomas como compañeros, hace que el proceso se desarrolle mejor. Piénsalo: ¿te asociarías con una empresa que hace algo que va contra tus valores morales? Probablemente no. Después de todo, es tu nombre y tu marca lo que está al frente. ¿Tomarías un trabajo de una compañía que hace algo que va en contra de tus valores morales? Quizás. Si no estás conectado a ellos de otra forma que no sea de trabajo. Entonces, ¿qué importa?
El punto es que, asociarse con un cliente pone las cartas sobre la mesa, y eso puede ser una gran diferencia. De hecho, ese mismo cambio en la lógica ayudó a esa compañía con la que me encontré a expandir sus negocios en gran manera.
Toma en cuenta sus jergas
Las compañías tienen diferentes lenguajes que van desarrollando e incluso inventando con el tiempo. Cuando era un adolescente trabajé para una tienda de electrónica, y nos hacían llamar a los clientes como “miembros de la familia”. En otro lugar en el que trabajé llamaban al personal como “compañeros” por una razón similar. Cada compañía tendrá su propia jerga, y puedes aprenderla, tus interacciones con ellos será aún mejor.
Mantén las cosas claras y simples
Otra opción al truco anterior, es quitar todas esas jergas y mantener las cosas lo más simples que puedas. Trata de explicar tus trabajos o lo que haces con palabras simples, de fácil entendimiento para los clientes. Este es un ejemplo propio de unas de las interacciones que tuve hace poco con un cliente.
“Bueno, el problema aquí es que tu logo no fue diseñado usando software destinado a creación de imágenes. Y aunque se ve bien, no se puede cambiar el tamaño sin perder calidad, razón por la cual tus camisetas se ven solo BIEN, pero tus tarjetas de negocio se ven aún mejor. Si fuera a rediseñarlo, podría hacer el mismo logo y así poder cambiar el tamaño infinitamente. Lo que significa que podrías poner tu logo en una valla publicitaria o en una uña, y de ambas maneras se verá nítido”.
¿Cuál fue su aporte? Bueno, me dijo: “Ese es el problema. No dejo de enviar ese archivo a personas para que hagan el diseño y me vienen con resultados borrosos. Quiero poder poner mi logo donde sea, así que hagámoslo a tu manera”.
Sé social
Hay algo gracioso que pasa mucho en las relaciones interpersonales: se olvidan de la parte “personal”. Es fácil ver a los clientes como bancos que no dejan de gastar dinero, pero en el fondo hay una persona igual a ti. Habla con ellos. Conoce quiénes son y cómo trabajan. No estoy diciendo que te vuelvas amigo de tus clientes, pero si me refiero a que es importante romper el hielo que muchas veces se forma en este tipo de relaciones. Abre las puertas a una mejor comunicación.
En el mismo sentido, celebra sus logros en persona y en los medios sociales. Es algo positivo para ambos lados.
Deja entrever tus procesos
Déjalo ver. Enséñales tu trabajo. Enséñales cómo haces lo que haces para que estén informados de cada paso que se toma. Esto también recae en el tema de la honestidad, pero ahora explicas por qué tomas las decisiones que tomas. Y eso impulsa la sinceridad, construyendo una relación más duradera.
No olvides el “por favor”
Quizás vaya a sonar viejo aquí, pero mi madre me crió para que sea amable. Siempre trato de decir “gracias” y “por favor”, sin importar lo que sea. ¿Por qué? Porque no hacerlo hace que tus textos y correos parezcan órdenes, solicitudes desagradables. Por eso siempre termino mis correos con un agradecimiento, y digo “por favor” antes de cualquier solicitud.
¿Ves que no es difícil? Ahora solo tienes que salir y ponerlo en práctica. Puede tomar un poco de tiempo en cumplir, pero si tienes en mente estos trucos, de seguro tendrás una mejor relación con tus clientes y con los futuros.
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Descripción de la autora: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.