Agroforestería, seguridad alimentaria y nutrición.

La desnutrición es un gran desafío mundial, sobre todo en las partes del mundo que también sufren de pobreza. Al mismo tiempo, la crisis climática y otros cambios ambientales afectan de manera desproporcionada a las personas del Sur Global. La ampliación de la agrosilvicultura puede contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional, al tiempo que contribuye a sistemas de producción de alimentos más sostenibles y resilientes.

Recomendaciones de política y práctica:

  • Apoyar el desarrollo de la agrosilvicultura y otros sistemas de producción diversos, en lugar de los sistemas de un solo cultivo, para satisfacer las necesidades alimentarias estacionales, mejorar la disponibilidad de alimentos más nutritivos y aumentar la capacidad de adaptación de la explotación
  • Reducir la desconexión entre la nutrición y la agricultura trabajando en todos los sectores y creando sistemas que tengan los resultados nutricionales en foco
  • Promover un cambio de enfoque de la producción en cantidad a la calidad y el contenido nutricional, incentivando a los productores a producir cultivos alimentarios nutritivos y plantar árboles.
  • Promover la participación y el empoderamiento de las mujeres en los sistemas agroforestales para mejorar la seguridad alimentaria y nutricional.
  • Desarrollar intervenciones específicas del sitio ajustadas a los conocimientos, preferencias, necesidades y limitaciones locales.
  • Apoyar la documentación y la revitalización del conocimiento local y la domesticación de especies y variedades autóctonas para la agrosilvicultura (incluido material para la propagación / banco de genes)
  • Traducir el conocimiento disponible, incluidos los valores nutricionales de frutas y nueces, en pautas prácticas, recetas, etc. para fomentar el consumo de los alimentos producidos.
  • Aumentar la financiación de la investigación hacia soluciones integradas como la agrosilvicultura y otros enfoques agroecológicos, incluida la investigación participativa y dirigida por agricultores para abordar los desafíos nutricionales, climáticos, de medios de vida y ambientales combinados.

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Este informe elaborado por la Red Agroforestal se centra en el papel de la agrosilvicultura para la seguridad alimentaria y la nutrición, incluida la importancia de la igualdad de género y el reconocimiento de los conocimientos indígenas y locales y las variedades tradicionales de cultivos.

Resumen

La obesidad y las deficiencias de micronutrientes son dos caras de la misma moneda. Ambas formas de malnutrición van en aumento y es necesario abordarlas. Si bien la desnutrición aumenta, la producción mundial de alimentos sigue impulsando el cambio climático. La producción de alimentos debe ser más sostenible para satisfacer las demandas de una población mundial en crecimiento. La agrosilvicultura puede ayudarnos a producir suficientes alimentos nutritivos y saludables sin traspasar los límites de un clima estable.

La agrosilvicultura es un método agrícola que integra árboles en la producción agrícola y / o la cría de animales. Esta combinación crea un sistema agrícola más resistente que promueve la biodiversidad, reduce las emisiones de carbono e impulsa los servicios de los ecosistemas. Su potencial para abordar desafíos globales, como la deficiencia nutricional, es cada vez más evidente. Un informe reciente de Agroforestry Network destaca el papel de la agroforestería en la reducción de la desnutrición global, al tiempo que aumenta la igualdad de género y empodera a las comunidades locales e indígenas al mismo tiempo. 


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La clave del potencial de la agrosilvicultura para reducir la desnutrición es la diversificación de cultivos. Los sistemas agroforestales pueden generar cosechas durante todo el año de diferentes frutas, nueces, legumbres y verduras, que cierran la brecha de hambre entre las cosechas de cultivos básicos. La experiencia también muestra que la salud del ganado mejora en los sistemas agroforestales, lo que puede conducir a una mayor producción de leche.

Las deficiencias de micronutrientes y la desnutrición se pueden abordar cambiando el enfoque de la cantidad de alimentos a la calidad de los alimentos. Las especies cultivadas tradicionalmente son a menudo más ricas en nutrientes, proteínas y fibras en comparación con los cultivos convencionales de alto rendimiento. El conocimiento de estas especies y sus beneficios a menudo proviene de las comunidades indígenas. Esta es una excelente oportunidad para el empoderamiento de los pueblos indígenas que buscan su conocimiento y experiencia sobre cómo estas especies pueden integrarse de manera óptima con cultivos básicos.

En muchos países, un aspecto fundamental de la lucha contra la malnutrición es trabajar con las mujeres rurales, aprovechando sus conocimientos y habilidades para gestionar los recursos. Su conocimiento de las prácticas de conservación, fertilidad del suelo y ecología forestal son indispensables a la hora de implementar sistemas agroforestales. A menudo, las mujeres rurales son mejores que los hombres para identificar y preparar productos forestales no maderables. Esta brecha de conocimiento entre hombres y mujeres existe en gran parte debido a los roles tradicionales de género. Por ejemplo, las mujeres rurales suelen ser responsables del cuidado de los niños, por lo que deben aprender sobre los valores nutricionales de las diferentes especies alimentarias. Sin embargo, las mujeres tienen menos acceso y control sobre los recursos agrícolas en comparación con los hombres. Por lo tanto, el empoderamiento de las mujeres es fundamental para el éxito de los sistemas agroforestales y puede ayudar a combatir la desnutrición infantil.

Repensar la política para la agrosilvicultura

Los formuladores de políticas deben promover la agrosilvicultura como herramienta para combatir la desnutrición. Un buen punto de partida es repensar las políticas que se centran en la producción en volumen. En cambio, la política debería apoyar la producción de alimentos con alto valor nutricional. Otros puntos de acción incluyen el empoderamiento de las mujeres y la promoción del conocimiento local y tradicional sobre las especies indígenas. Esto podría lograrse sensibilizando a los consumidores sobre los beneficios para la salud y el valor nutricional de las especies autóctonas. La creación de apoyo político para la agrosilvicultura puede abordar una multitud de desafíos globales, incluidos el cambio climático y la desnutrición.

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