
Estas se hacen más resistentes al agua y al hongo de pudrición blanca
Proceso que vuelve el material más resistente no se lava con el agua
Las puertas de su casa, los muebles del comedor y hasta su armario podrían ser, en el futuro, mucho más resistentes a la humedad y los hongos.
Esto, debido a que un grupo de investigadores de la Universidad de Costa Rica ( UCR ), integrado por Johnny Alfaro, Ernesto Blanco y Tatiana Pardo, desarrolló un procedimiento conocido como acetilación pues en él se utiliza anhídrido acético.
Este componente es capaz de alterar las propiedades químicas de este material para hacerlas supermaderas. Es decir, las vuelve más resistentes al deterioro por condiciones ambientales.
La investigación hecha en el Laboratorio de Productos Forestales de la UCR seleccionó 4 de las 12 principales especies maderables del país para el estudio: teca (Tectona grandis), melina (Gmelina arborea), guanacaste (Enterolobium cyclocarpum) y cedro María (Calophyllum brasilense).
La selección de las especies se hizo basándose en la composición anatómica de estas, explicó Alfaro. “La teca y la melina son las dos especies maderables de bosque de plantación que más se comercializan en el país .
Por su parte, el guanacaste lo elegimos por ser una especie nativa y la cedro María también es una de entre las 12 más vendidas en el país”.
Procedimiento. Los expertos emplearon pequeñas muestras (de 15 x 15 x 10 milímetros) en forma de cubos y los sometieron a la acetilación. Este método consiste en introducir las muestras en un recipiente de vidrio llamado balón. En él se colocan el anhídrido acético, solvente y catalizador. Se ponen en baño María para mantenerlos a una temperatura constante, hasta obtener el mejor resultado para cada especie.
“Trabajamos de una hora mínimo de tratamiento, hasta 7 horas en el caso de guanacaste y cedro María y 6 horas en caso de teca y melina”, comentó Alfaro.
Resultados. Luego, los científicos hicieron pruebas para medir la estabilidad dimensional (cuánto se expande o encoge la madera como reacción a la humedad).
Los investigadores determinaron que luego del tratamiento con este químico, las maderas desarrollaron altos grados de impermeabilidad. Es decir, que el agua no se absorbiera dentro de ‘sus entrañas’. Otra de las pruebas que hicieron fue con los llamados hongos de pudrición blanca (Trametes versicolor), que suelen afectar a las maderas tropicales.
Luego de tres meses, este tipo de hongo atacó a la madera sin tratamiento, mientras que la que fue tratada con anhídrido acético no experimentó mayores cambios ante la misma amenaza.
Según explicó Johnny Alfaro, una de las principales ventajas de este método es que no se desvanece cuando entra en contacto con el agua, contrario a lo que pasa con otros productos utilizados regularmente en Costa Rica.
“En la mayoría de aserraderos del país, lo que hacen es poner la madera en una pila con un químico hecho a base de agua, que también contiene sales de oro y de cromo. Ambos componentes son tóxicos para las plagas y también tienen cierta toxicidad para el ser humano”, dijo Alfaro.
“La madera, al ser un material biológico, es inestable, y por eso reacciona a la temperatura y a la humedad relativa del ambiente”, comentó Róger Moya, doctor en maderas del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC).
Por esa razón, este nuevo tipo de procedimientos –que ya se aplican en otras partes del mundo– , pretenden “brindarles estabilidad a las maderas, sobre todo a aquellas que se utilizan para hacer muebles, porque en verano la madera se encoje y en invierno se expande. Esa es la razón por la que en esa época algunas puertas no abren, por ejemplo”.
Alfaro, investigador de la UCR, dijo que en el mediano plazo es posible que sometan maderas a acetilación para ver si funciona contra polillas.
La Nación (Aldea Global)