Las autoridades ambientales autorizan el aprovechamiento de cerca de 1,347 metros cúbicos de madera al año. Foto: Archivo Portafolio
En 2014 fueron 39 millones 831 mil dólares exportados contra 50 millones 234 mil importados, y en 2015 (a mayo) van 12 millones contra poco más de 17 millones en mercancías que llegaron de China, Italia, EE. UU. y Brasil. Es un sector con gran potencial en el postconflicto, dice Fedemaderas.
A pesar de ser uno de los países de Latinoamérica con mayor potencial forestal, de dos años y medio para acá, Colombia se volvió importador de productos de madera.
Cifras del Banco de Datos de Comercio Exterior (Bacex), procesadas por la Federación Nacional de Industriales de la Madera (Fedemaderas) indican que en el 2013 el país exportó 45 millones 452 mil dólares de estos elementos, mientras que importó 46 millones 313 mil dólares. En el 2014 fueron 39 millones 831 mil dólares contra 50 millones 234 mil dólares, y en el 2015 (hasta mayo) van 12 millones frente a poco más de 17 millones de dólares. Las compras que reflejan este desbalance en la balanza comercial vienen principalmente de China, Italia, Estados Unidos y Brasil.
“Somos un país netamente importador de materias primas como madera, pulpa y papel; de materias primas semielaboradas como tableros de madera, y desde 2013 ya somos importadores netos de muebles”, se queja la directora de Fedemaderas, Alejandra Espitia, quien añade que también se ha perdido mercado interno. Esto no solo se debe a los productos que ingresan de afuera sino a que también ha disminuido el consumo en la última década. También según datos de Fedemaderas, el consumo per cápita son 13,38 metros cúbicos por año (con datos del 2010), mientras que en países como Chile son 315,88 y en Ecuador 54,72 metros cúbicos.
La dirigente resalta que los países con mayor consumo que el nuestro tienen elementos comunes como los siguientes: todos tienen sistemas de control o legalidad, o trazabilidad de la madera en operación, mientras que en Colombia solo se acaba de diseñar uno con la ayuda de la Unión Europea y se espera que entre a operar este año. Además, en el exterior los bosques naturales son entregados en concesión a privados, en tanto que acá son las corporaciones autónomas regionales las encargadas de salvaguardar esa riqueza. Fuera de eso, también a diferencia del nuestro, otros gobiernos como el de Estados Unidos, Canadá o el Reino Unido hacen campañas para incentivar el consumo de madera, según Espitia.
A ese panorama se une el mercado negro, que en opinión de especialistas mueve entre el 42 y el 60% de la madera.
El valor promedio anual de la venta de madera en todo el territorio nacional es de 1,12 billones de pesos, y de estos, lo que está autorizado por las autoridades forestales equivale a 948 mil millones, de acuerdo con datos de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda. El resto sería ilegal.
Para la Directora de Fedemaderas, esa sería otra de las falencias, porque no hay un medidor objetivo, debido a que incluso es difusa la definición de lo que es ‘madera legal’.
“El único control que se hace es en las carreteras, y no sirve sino que desgasta, porque lo único que puede verificar la Policía es si cuentan con salvoconducto. Lo que se debe es aplicar un sistema de trazabilidad para saber quién es el responsable de la madera, de manera que cualquier autoridad pueda ir al punto de origen y ver si realmente hay un plan de manejo ambiental”, anota.
Explica que el concepto de legalidad debería encerrar no solo lo que se tenga el permiso de explotación y transporte, sino que la madera sea explotada con buenas prácticas ambientales y laborales, entre otras.
En el mercado legal, el gremio calcula que está conformado por 3.300 firmas que emplean a 41.000 personas con todas las prestaciones, y suben a unos 90 mil si se consideran las que contratan sin garantías.
De ellas, el 92% son microempresas y pequeñas compañías de producción y comercialización de derivados de la madera.
BOSQUES, CON POTENCIAL PARA EL POSTCONFLICTO
Expertos nacionales e internacionales, funcionarios del Gobierno y representantes de comunidades rurales que viven de los bosques, analizarán hoy en Bogotá la importancia de los mismos en un eventual escenario de paz. Esto en el marco de un evento auspiciado por la Unión Europea, en asocio con el Gobierno Nacional y la la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (Carder).
“Los bosques desarrollan innumerables servicios contribuyendo así al desarrollo social, cultural y económico de Colombia. Así mismo, el país debe lidiar con el comercio ilegal de maderas y sortear que el presupuesto público es cada vez más escaso para ayudar a miles de familias campesinas, indígenas y afrocolombianas que están ubicadas en zonas forestales y que viven en condiciones de extrema pobreza”, explica la embajadora de la UE en Colombia, Maria Antonia van Gool.
Fuente: https://m.portafolio.co/negocios/el-pais-se-volvio-importador-productos-madera