El presente del agua en el mundo

Hay algún país, de los considerados como avanzados, en el que el presente de la gestión del agua se ha convertido exclusivamente en un avispero espasmódico, que se aloja en un hábitat en el que el líquido elemento no es más que un arma arrojadiza para arrancar un puñado de votos de determinados territorios más o menos favorecidos o agraviados, aunque siempre enormemente mediatizados por creencias y valores inamovibles, generando como consecuencia que no se avance ni un ápice hacia el futuro y se gire en una noria que nunca para, aunque a veces alcance mayores  o menores velocidades de giro. Y esta enorme velocidad de giro que produce un nulo avance hacia el progreso solidario, genera una también enorme desconfianza de los que pagan y usan hacia los que gestionan y planifican.

 La consecuencia es una representación que nunca acaba, dejando exhaustos a los espectadores de buena fe, que abandonan el teatro  y exasperando cada vez más a los que, también de buena fe, creen que alguna vez acabará. La combinación de una fuerza horizontal generada por bienintencionados que abandonan el teatro con una vertical generada por bienintencionados que quieren cambiar todo de arriba abajo, genera el movimiento eterno de la noria, que nunca para porque el teatro se llena y vacía cíclicamente, entre el espasmo y el marasmo

Sin embargo, en otros  muchos países, de los considerados menos avanzados, el presente de la gestión del agua se enmarca en un escenario bien diferente.

La diferencia estriba en el tipo de problemas que hay que resolver. Los segundos, tienen como reto el saneamiento y salubridad de las aguas para sobrevivir con garantías higiénicas y además ven afectado su desarrollo industrial por la falta de agua dulce. En ocasiones esta escasez es la causa principal y única de su estancamiento económico. Así aumenta la tensión entre naciones con abundancia y naciones con escasez de agua.

Quien tiene el control sobre un recurso escaso, como es el agua dulce, tiene poder. Conseguir agua dulce puede ser objetivo de acciones militares en disputas por el poder político y económico. Redistribuir económicamente el agua, un recurso sin sustitutos que suele fluir por más de un país, resulta a veces extremadamente complicado.

Casi la mitad de los lugares  poblados del planeta se ubican en cuencas de ríos internacionales y casi 50 países de los cuatro continentes tienen más de tres cuartos de su extensión total en dichas cuencas. Hay 261 cuencas internacionales, compartidas por varios países, incluyendo 57 en África y 48 en Europa. Esto quiere decir que casi el 40% de la población mundial vive alrededor de ríos internacionales. Dos mil millones de personas dependen de una cooperación, por ahora casi inexistente, que les asegure el suministro compartido de ese recurso vital. El agua dulce ha estado y está presente en numerosos conflictos entre países

Con estos datos de partida, podemos enfocar mejor los datos del presente del agua, que son abrumadores y por ello no debemos cansarnos de divulgarlos

  • Acceso al agua de calidad y al saneamiento: el 10% de la población del mundo no tiene acceso a agua limpia y casi la cuarta parte carece de acceso a un saneamiento adecuado.
  • Ubicación de la población: el 85 % reside en la parte más seca del planeta. Las ciudades han crecido de manera exponencial
  • Desastres y enfermedades relacionados con el agua: 8 millones de personas mueren cada año a causa de las consecuencias de los desastres y enfermedades relacionadas con el agua.
  • Oferta y demanda de recurso: Jamás había sido tan acusada la diferencia entre ambos conceptos, ya que en el último medio siglo la población mundial se ha duplicado y el PIB mundial se ha decuplicado
  • Producción dependiente del agua: los productos agrícolas e industriales han experimentado un aumento espectacular que exige unos volúmenes de agua ingentes. Tanto, que más del 70 por ciento de la extracción de agua a nivel mundial se destina a la cadena de valor de los alimentos. Además, las ciudades han crecido de manera exponencial.

El presente del agua define un enorme desequilibrio, un escenario de crisis global en el que sólo una respuesta global puede generar soluciones de futuro. Porque la tendencia imparable a consumir cada vez más agua ha sometido a los recursos hídricos mundiales a una enorme presión

Mantener un planteamiento empresarial tan dependiente del agua como el que  se ha mantenido hasta hoy, seguramente significará que la brecha entre la oferta y la demanda de agua dulce en 2030 sea un 40% mayor que ahora.

Aunque parece evidente que ligar la escasez a la economía del agua es fundamental para toda actividad económica, sin embargo, muchos gobiernos y empresas están gestionando el recurso sin armonizarlo con sus estrategias económicas globales. Y planifican su desarrollo dando por hecho que el agua que necesitarán estará disponible cuando y donde sea necesario, y que el sector del agua seguirá navegando al pairo cómodamente ligado al resto de la economía.

La disminución de los recursos hídricos es una cuestión económica muy real. Cuanto más pretendan hacer crecer sus economías los gobiernos de regiones con escasez de recursos hídricos, más tendrán que decidir cómo gestionan y priorizan los diversos usos que compiten por el agua y la que se destine a las ciudades, a la agricultura, a los usos lúdicos y a la producción de energía. Al mismo tiempo, el aumento de la variabilidad climática y las presiones demográficas derivadas de una urbanización concentrada en determinadas áreas de fácil acceso o cercanas a centros neurálgicos de población y decisión, provoca una tensión adicional en el sistema.

La escasez de agua es el riesgo más importante para garantizar la estabilidad económica mundial. Pero, paradójicamente el sector del agua padece un grave déficit de financiación, sobre todo en los países en desarrollo.

La falta de claridad sobre el verdadero coste financiero del agua genera desconfianza en los inversores, que por ello son reacios a invertir en el sector. Paralelamente ocurre algo mucho más grave: las empresas, los agricultores y los hogares carecen de señales e incentivos lo suficientemente potentes como para que no se impliquen en realizar un uso eficiente y productivo. Si no hay confianza, la seducción se difumina y desparece. El leitmotiv de futurodelagua.com vuelve a aparecer también en este caso. Para no hablar del despilfarro, consecuencia de la desconfianza  y la falta de seducción, que es un área de enfoque igualmente importante en el que trabajar para el diseño del escenario 2030, que se pretende sea ocupado por dos actores protagonistas:  la mejora de la eficiencia y la reducción de  la demanda en varios sectores.

Tenemos la visión de un mundo con agua potable suficiente para soportar las necesidades de las personas, los ecosistemas y la economía. Para lograr los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas de poner fin a la pobreza extrema, se necesita un esfuerzo coordinado que permita el nacimiento de economías fuertes, inclusivas y transformadoras, compatibles con la protección de nuestros ecosistemas.

Estos objetivos no pueden ser alcanzados sin agua y ninguna entidad tiene la capacidad de resolver los problemas del agua en el mundo por sí sola.

El trabajo conjunto para desarrollar y poner en práctica las estrategias, políticas, planes y programas  más adecuados es el reto. Mediante la colaboración de gobierno, sector privado y sociedad civil. Para definir consensuadamente las prioridades y actividades para mejorar la gestión de los recursos hídricos en los países respectivos  y establecer e implementar actuaciones para reducir la brecha entre demandas y recursos para el año 2030.

Esta es el objetivo del 2030 Water Resources Group, asociación diseñada para unir a grupos con un interés común en la gestión sostenible de los recursos hídricos. El 2030 WRG se inició en 2008 a través de una colaboración informal entre la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Foro Económico Mundial (anfitrión), agencias multilaterales y bilaterales (como la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación), empresas privadas (Nestlé, PepsiCo y The Coca-Cola Company), y otras organizaciones, como el Fondo Mundial para la Naturaleza. En 2011, la CFI y varios socios acordaron desarrollar una estructura más formal para el 2030 WRG, para ser alojada dentro de la CFI. Después del período de transferencia, el WRG 2030 inició su segunda fase en julio de 2012. El grupo se encuentra ahora en su tercera fase, que va desde 2014 a 2017.

Una herramienta de seducción del presente, para el futurodelagua, con la colaboración internacional como harramienta para conseguir una gestión sostenible de los recursos hídricos.

Por: Lorenzo Correa

Fuente: Futuro del agua

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