Energía de biomasa con bambú

Foto: Bambú Venezuela

Una vez aclamada como una importante solución para reducir las emisiones de carbono y frenar el ritmo del cambio climático, los combustibles de biomasa han sido atacados cada vez más por sus impactos negativos en la deforestación, la degradación de la tierra y la pérdida de biodiversidad. Pero se cree que la bioenergía de bambú puede ofrecer una solución más sostenible.

Con un solo poste de bambú capaz de proporcionar suficiente energía para un hogar rural durante un mes, el bambú es una fuente viable de biomasa para generar electricidad. La producción de energía en pequeña escala a través de la gasificación crea un gas limpio con un subproducto de carbón, proporcionando así dos combustibles por el precio de uno. Para la generación de energía a mayor escala, se prefiere el proceso de combustión convencional, que produce tanto electricidad como calor. Ambas opciones han tenido éxito en proyectos de prueba en India, donde las iniciativas también han transformado a las comunidades locales al crear nuevas opciones de medios de vida.

El bambú tiene una serie de ventajas sobre la biomasa convencional (p. Ej., Leña y carbón vegetal). Crece rápido y puede cosecharse después de cuatro años. Y da un rendimiento muy alto, hasta 40 toneladas por hectárea por año, dando así una buena tasa de retorno de la inversión. El cultivo se puede cosechar continuamente, lo que lo convierte en una fuente de energía más confiable que la solar o eólica. Quizás lo más importante es que puede ayudar rápidamente a restablecer la tierra degradada estabilizando el suelo y protegiendo las cuencas hidrográficas, conservando los recursos de la tierra para el futuro y eliminando la presión de nuestros ecosistemas forestales restantes.

Se estima que 2.600 millones de personas dependen de la energía de biomasa tradicional para cocinar y calentar, y es probable que este nivel de demanda continúe durante al menos los próximos 20 años. Incluso podría aumentar para llenar el vacío energético creado por los acuerdos internacionales para reducir el uso de combustibles fósiles.

El potencial del bambú como biocombustible sostenible lo demuestra una iniciativa que trabaja en Ghana y Etiopía, la primera en desarrollar leña de bambú y carbón vegetal como alternativa al carbón vegetal en la región.

Fuente: INBAR