Terminalia ivorensis A. Chev.
Alvaro Vallejo, Ingeniero Forestal MSC. Universidad Nacional, sede Medellín. avallejor@gmail.com.
Fredy Zapata, Ingeniero Forestal. Universidad Nacional, sede Medellín. fzd1961@gmail.com
Familia. Combretaceae.
Otros nombres comunes. Roble marfil, terminalia (Esp.); framire, idigbo (Ingl.); framiré (Fr.); emeri, emri (Ghana); black afara, idigbo, kokango, m’boti, ubiri (Nigeria); bajee, bajii, bassi (Sierra Leona, Liberia); lidia (Camerún).
Origen y distribución. Especie originaria del África Occidental, desde Guinea y Sierra Leona hasta Camerún. Se ha introducido con gran éxito como especie de plantación en numerosos países del trópico, especialmente en África, pero también en Asia y en América (Colombia, Costa Rica, Cuba).
Rango altitudinal: 0 a 1300 msnm.
Rango latitudinal: 4 °N a 10 °N.
Descripción
Especie decidua, de porte alto, de hasta 46 m de altura. La base del árbol es recta cuando joven, pero desarrolla de 6 a 8 raíces engrosadas muy robustas de hasta 1 m de altura, que en ocasiones se extienden como raíces superficiales, en árboles adultos frecuentemente acanalada. El fuste usualmente es recto, más bien angular cerca de la base, cilíndrico hacia arriba, y por lo general limpio de ramas hasta 20 m o más, de 90-120 cm de diámetro. Corteza grisáceo-cenicienta y ligeramente delgada en ejemplares jóvenes, en ejemplares adultos (15-20 años de edad) primero longitudinalmente fisurada, más tarde profundamente acanalada, pardo oscura a negruzca. Copa en ejemplares jóvenes amplia, de ramificación extendida y casi horizontal y estratificada en verticilos, en ejemplares adultos la ramificación es más ascendente y la estratificación menos evidente; las ramas cuando jóvenes pardo-ocres, tomentosas, glabrescentes; follaje principalmente en la periferia de la copa y poco denso.
Hojas simples, alternas, (estrechamente) obovadas u oblongas, agrupadas en pequeños fascículos en los extremos de las ramas, cuando jóvenes tomentosas en el pecíolo y nervaduras, glabrescentes, lustrosas, de un verde medio en la haz, más pálidas en el envés, coriáceas, de 5-10(-15) cm de largo y 2.5-4.5(-6) cm de ancho, terminando gradualmente hacia una base cuneiforme y ligeramente decurrente, redondeadas y corta y abruptamente acuminadas hacia el ápice, enteras; pecíolo fino, de 0.7-1.5(-2) cm de largo; nervadura central y nervios visibles arriba, prominentes abajo; nervios 6-9 en cada lado de la nervadura central, marcadamente arqueados; venación imperceptible, más visible abajo.
Inflorescencia un racimo axilar de 7-9 cm de largo, fino; pedúnculo de 3-4 cm, densamente tomentoso blanquecino, la parte inferior desprovisto de flores; brácteas lineares, de 2-3 mm de largo, subuladas, tomentosas, más tarde caducas. Yemas florales en forma de cebolla, apiciladas. Pedicelo no distintivo del receptáculo, al tiempo de la antesis de 1.5-3.5 mm de largo y 0.8 mm de espesor, más tarde acrescente cuando el fruto se forma. Flores amarillo pálidas o blanquecinas, las inferiores hermafroditas, las superiores con estambres fértiles y un reducido pistilo; cáliz asépalo, tomentoso afuera, lanoso adentro, en forma de platillo, ca. 3 mm de ancho con 5 lóbulos erectos, triangulares y subulados, de 2 mm de largo; pétalos ausentes; estambres 10, glabros; filamentos de 3-5 mm de largo, lineares, subulados; anteras basifijas, ovoides, de 0.5 mm de largo, bilobadas hacia la base, con dos tecas, abriendo por fisuras; ovario ínfero; estilo glabro, ca. 3 mm de largo; estigam no distintivo; en ocasiones se pueden encontrar flores con 10 lóbulos en el cáliz, 20 estambres, ovarios biloculares y con 2 estilos parcialmente connatos.
Fruto pequeño, la nuez longitudinalmente alada sobre un pedúnculo de ca. 1 cm de largo, el ala de 5-7(-10) cm de largo y 1.5-2(-2.5) cm de ancho, densamente puberulento en ambas caras, de color pardo brillante o rojizo-amarillento al madurar. El ala formada por el receptáculo, membranácea, ligeramente cuneiforme en la base, con una nervadura central y el margen ligeramente ondulado. Nuez elíptica, ca. 1.5 cm de largo y 0.8 cm de espesor, monosperma. Semilla dura.
En Costa de Marfil y Liberia las inflorescencias aparecen en abril, justo cuando están rebrotando las nuevas hojas, y las flores de mayo a junio. Los frutos aparecen más tarde, pero no maduran hasta antes de diciembre y enero En Nigeria, los árboles inician la floración y fructificación a partir de los 6 años. En Colombia florece en noviembre y diciembre. En Cuba, los árboles florecen desde los 5 ó 6 años durante los meses de enero y febrero. Los frutos maduros persisten largo tiempo en los árboles, hasta que se produce su dispersión por el viento. La especie fructifica copiosamente cada año y en arboricultivos forestales alcanza su madurez reproductiva entre los 6 y 10 años de edad. La recolección de los frutos en su área de distribución natural se realiza a partir de noviembre.
Adaptación
Clima Precipitación promedia anual: 1200 a 3000 mm/año.
Régimen de lluvias: Verano/uniforme.
Estación seca: 2 a 4 meses.
Temperatura media anual: 23 a 27°C.
Temperatura media mínima: 16 a 24°C. Temperatura media máxima: 26 a 32°C.
Otras características climáticas. El framiré presenta un crecimiento óptimo en zonas húmedas con precipitaciones mayores de 1400 mm distribuidas uniformemente, con una temperatura media anual de 23 a 27°C, y una humedad relativa en la época seca de al menos 50%. La especie es sensible al fuego, a las tormentas, y moderadamente resistente a la sequía en estado adulto; las plantas jóvenes son muy sensibles a la sequía.
Suelos Textura: De moderadamente liviana a moderadamente pesada. Reacción: Neutra/ácida. Drenaje: Bueno; moderado; imperfecto.
Otras características del suelo. Aunque esta especie se reporta poco exigente en suelos, logra su mejor desarrollo en suelos que varían de areno-francosos a francoarcillosos, profundos y bien drenados de tipo aluvial. También medra en suelos lateríticos francos y en suelos volcánicos, pero no prospera en los suelos arcillosos compactos de las llanuras de los valles sujetos a inundaciones prolongadas y periódicas, aunque las tolera por cortos períodos; tampoco en los muy poco profundos y arenosos o calizos, ni en las sabanas de gramíneas. En Cuba, se reporta buen crecimiento en suelos ferralíticos rojos, en los húmicos carbonáticos, y en los oscuros plásticos gleysosos.
Requerimientos lumínicos. Muy exigente.
Ecología y silvicultura
El framiré es una especie componente de los bosques húmedos primarios y de segundo crecimiento, y aunque parece ser más común en los bosques húmedos semideciduos, penetra profundamente en los bosques pluviales siempreverdes; en los bosques secundarios se le encuentra con preferencia asociada con otras especies, especialmente con limba (T. superba). Es una especie marcadamente pionera, sólo capaz de reproducirse abundantemente en claros grandes del bosque, en las superficies rozadas y disturbadas, campos agrícolas abandonados, y a lo largo de las vías de extracción forestal. Estos terrenos, así como los bosques secundarios, pueden ser dominados por numerosos árboles jóvenes de la especie. En los bosques naturales fuertemente explotados emerge al piso superior en grupos o grupos pequeños. Tan pronto cierra nuevamente el dosel cesa la repoblación natural, y vuelven a escasear los árboles del compartimiento de la próxima generación. La especie rebrota fácilmente.
Al igual que el limba, Terminalia ivorensis es una especie fotófila, y por lo tanto, adecuada para el establecimiento de plantaciones a campo abierto, ya sean éstas homogéneas o heterogéneas. En este último caso se suele mezclar con especies siempreverdes o con aquellas cuyo manejo silvícola es similar. También es frecuente su plantación mediante sistemas agroforestales, especialmente plantaciones en línea o en sistemas taungya. La propagación artificial de la especie no presenta ningún problema. La preparación del sitio de plantación normalmente considera los mismos procedimientos que se utilizan para plantar a campo abierto o para enriquecimiento de bosques, de conformidad con las condiciones del medio.
Por el amplio desarrollo y forma de la copa requiere espaciamientos amplios de siembra, usualmente con distancias no inferiores a 3×3 m, siendo lo ideal de 4×4 m, o con marcos que varían entre 5 x 5, para la mezcla con otras especies, y 5×10 m en sistemas taungya. Para sombrío se emplean espaciamientos de 10×10 m. Al igual que el limba, el framiré también se utiliza para el enriquecimiento de bosques empobrecidos, primarios y secundarios. La plantación se debe realizar una vez que la estación lluviosa ha progresado lo suficiente como para que el suelo se encuentre adecuadamente húmedo, a fin de que las plantas puedan desarrollar bien sus sistemas radicales y les permita tolerar la próxima temporada seca, ante la cual son muy sensibles. Los tocones son particularmente sensibles y deben arroparse. La resiembra o reposición del material en los sitios donde falle la plantación se debe realizar en el menor tiempo, en lo posible durante la misma temporada de lluvias en la que se plante. En cuanto a las atenciones de cultivo, durante los 2 ó 3 primeros años se deben suprimir los bejucos, malezas y otras hierbas indeseables que puedan competir con las plantas del framiré, y limpiar y remover el suelo en un círculo de por lo menos 50 cm de radio al pie de cada arbolito. Estas prácticas son esenciales para lograr un buen crecimiento y desarrollo posterior de la especie. T. ivorensis prácticamente no requiere poda de ramas ya que presenta buena poda natural, aun desde joven, la cual produce un fuste recto y limpio de hasta 20 m o más.
Las plantaciones se deben entresacar regularmente, de tal forma que en la cosecha final, entre los 20 y 40 años, se puedan aprovechar cerca de 100 árb./ha.
En las zonas húmedas tropicales de Costa de Marfil, y otros países, la especie se suele plantar en mezcla con T. superba, la cual se maneja con un sistema silvícola más o menos similar (p.e. densidad de plantación y esquemas de aclareos), al igual que el ciclo de rotación. Ambas especies presentan una estructura similar y forman un sólo estrato. Las plantaciones se establecen con una proporción 1:1 con densidades que varían de 700 a 1100 árb./ha, y se manejan con rotaciones de 20-40 años para la producción de madera de alta calidad.
De igual forma, también es frecuente la siembra de T. ivorensis en mezcla con Acacia mangium como especie secundaria, cuya función principal es la de producir madera de menor valor y para leña, aunque también puede cumplir un papel importante en la protección y mejoramiento de las características físico-químicas del suelo, en el control de malezas y otras especies indeseables, así como en la reducción del riesgo de incendios. Las plantaciones se establecen con una proporción de 25%:75% y con densidades que varían de 1100 a 1500 árboles/ha; para el framiré se manejan ciclos de corta de 20 años o más, y para la mangium de 5-10 años, obteniéndose un rodal estable con dos estructuras claramente diferenciadas. La acacia se debe desmochar con regularidad para prevenir la competencia al cultivo principal, particularmente en las primeras etapas de su desarrollo donde las plantas jóvenes muestran poca tolerancia a la sombra. Sin embargo, el crecimiento del framiré puede ser muy rápido e inhibir, de igual forma, el crecimiento de la especie asociada si no se emplean los espaciamientos adecuados de siembra, excepto en los casos en que ésta sea una especie tolerante a la sombra.
Como especie pionera su crecimiento es rápido, y sembrada con marcos de 3×3 m puede cerrar el vuelo de copas a los tres años de edad; se reporta un crecimiento promedio anual de 1.8 a 2.1 m hasta alcanzar 5 m de altura. En condiciones medioambientales muy favorables puede alcanzar crecimientos en altura de hasta 4,4 m por año y producir incrementos de dap de 7 cm en los primeros 4 años. En Ghana se han registrado tasas de crecimiento excepcionales, de 17.5 m de altura y 80 cm de diámetro en ejemplares de 4 años, y de 30 m de altura y 90 cm de diámetro en árboles cultivados de 13 años de edad.
Un estudio adelantado por el Proyecto Agroforestal CATIE-GTZ en las regiones húmedas tropicales de Costa Rica y Panamá, para evaluar el crecimiento de 5 especies forestales maderables plantadas en línea sobre los linderos de 12 predios, reporta para T. ivorensis a los 5 años de edad una altura promedio de 18 m, un diámetro promedio de 23 cm, y un volumen maderable de 104 m3/km. Con respecto a otras especies ensayadas (Acacia mangium, Cordia alliodora, Eucalyptus deglupta, Tectona grandis), T. ivorensis registró la mayor producción en volumen, pero presentó una alta tasa de mortalidad en suelos con drenaje impedido, como consecuencia de la pudrición de la raíz causada principalmente por Rosellinia sp.
En Cuba se ha plantado la especie en diferentes lugares con resultados muy satisfactorios. Un árbol plantado en suelos húmicos carbonáticos, a los 12 años registró 25 m de altura y 40 cm de diámetro. Una parcela plantada en Topes de Collantes, en suelos ferralíticos rojos, lixiviados, derivados de esquistos talco-serpentínicos, con espaciamiento de 4×4 m, presentó a los 11 años de edad un promedio de 19.9 m de altura y 19.3 cm de diámetro. Otra parcela plantada en Camaguey, con 25.2°C de temperatura media, 1404.7 mm de precipitación promedia anual, suelos fersialíticos rojo-parduscos, ferromagnesiales, registró a los 12 años de edad un promedio de 21.1 m de altura y 26.6 cm de diámetro. Una tercera parcela plantada en suelos oscuros plásticos gleysosos en la Estación Experimental Forestal de Itabo, Matanzas, con espaciamiento de 4×4 m, promedió a los 13 años de edad 17.4 m de altura y 21.9 m de diámetro. En general, se reporta para la especie un incremento medio anual superior a los 8 m3/ha/año; en suelos adecuados, profundos y con buenas condiciones de humedad, y con oportunas prácticas de control de malezas, la especie puede alcanzar rendimientos entre 12 y 30 m3/ha/año durante los primeros 15 años.
Utilidades del árbol vivo. Sistemas agroforestales; plantación en línea, sistemas taungya, sombrío para cultivos agrícolas. Ornamental.
Madera
Densidad básica: 0.37-0.67.
Durabilidad natural: Alta.
Trabajabilidad: Moderadamente fácil.
Secado: Fácil. Impregnación: Difícil.
Madera moderadamente liviana y decorativa, muy estrechamente relacionada con la de T. superba, de color amarillento o pardo-amarillento claro, raras veces pardo-rosácea clara, generalmente con la albura y el duramen poco diferenciados. La albura por lo común de 2.5 a 6 cm de ancho y en ocasiones la parte más interior del duramen es poco resistente y quebradizo. Grano usualmente recto con irregularidades localizadas, en ocasiones ligeramente entrecruzado, produciendo figuras de bandas irregulares en los cortes radiales. Textura mediana a ligeramente gruesa; los anillos de crecimiento son inusualmente distintivos para una madera tropical. Lustre medio. La madera es inusualmente variable en peso, lo que se atribuye parcialmente a la presencia de madera muy liviana y quebradiza en el centro del árbol. La madera afectada generalmente presenta una densidad inferior a la promedio, y en ocasiones se puede distinguir por un distintivo tinte rosáceo que adquiere después de que se expone a la luz por un día o dos. Las propiedades mecánicas de la madera son satisfactorias, su resistencia más bien baja, y en promedio similares a las de la caoba (Swietenia macrophylla). No es apropiada para el curvado por vapor.
La madera aserrada seca al aire o en horno muy rápidamente, desarrolla mínimos defectos, la contracción es muy baja y los nudos se agrietan sólo ligeramente. Se recomienda el horario de secado J del Reino Unido. La madera se trabaja fácilmente tanto con herramientas manuales como mecánicas, y causa sólo un ligero desafilado de las cuchillas de corte. Durante el proceso de cuarteado usualmente presenta desgarre cuando se desbasta bajo condiciones estándar de las máquinas, por lo que se recomienda reducir el ángulo de corte a 20° o menos cuando se requieren superficies pulidas. La madera tiende a carbonizarse cuando se perfora. Sin embargo, en términos generales la madera responde excelentemente a los tratamientos normales de acabado; cepilla, pule y pinta bien, y las propiedades de clavado, atornillado y encolado son satisfactorias. Así mismo, se trancha y desenrrolla sin dificultad, y tornea satisfactoriamente. La madera una vez puesta en servicio presenta buena estabilidad dimensional. El aserrín puede causar irritaciones en la piel.
El duramen se reporta con una durabilidad natural alta; resiste bien a los insectos, aunque en ocasiones puede presentar daños causados por coleópteros de ambrosia y cerambícidos perforadores. La albura es susceptible a la carcoma (Lyctus). Tratándose de una madera moderadamente liviana, es inusual su alta resistencia a la pudrición y al ataque de hongos, aunque para una mayor resistencia se recomienda eliminar la albura (madera joven). El duramen es extremadamente resistente al tratamiento con preservativos y la albura moderadamene resistente.
La madera contiene un material colorante amarillento y cuando húmeda es propensa a manchar tejidos que entren en contacto con ésta, por lo que no es adecuada para equipos de lavandería, mesas o gabinetes de cocina, etc. Así mismo, la madera también contiene taninos y se puede manchar cuando entra en contacto con el hierro. Tiene propiedades ligeramente ácidas y generar la corrosión de metales. La madera del framiré es una de las más apreciadas en los mercados internacionales de maderas tropicales, tanto en lo referente a las cantidades como a su valor comercial.
Usos
Madera de aserrío. Construcción pesada; vigas. Construcción liviana. Construcción de botes; incluye costillaje para barcos. Construcción naval. Muebles decorativos e interiores. Carpintería. Ebanistería de alta calidad para exteriores e interiores; puertas, marcos para ventanas, gabinetes, paneles decorativos y entrepaños para interiores.
Adornos interiores y exteriores. Pisos para condiciones de tráfico liviano a moderadamente pesado (doméstico).
Madera redonda. Chapas decorativas. Tableros contrachapados. Pulpa de fibra corta (en mezcla con otras especies). Tornería.
Semilla y manejo en vivero.
Semilla y manejo en vivero
Procesamiento y almacenamiento de la semilla. Debido a las pérdidas de semilla a causa de los barrenadores, se recomienda recolectarla de los frutos que aún se encuentran en el árbol. En condiciones normales las semillas se conservan por poco tiempo; almacenadas en ambiente seco y fresco, y en recipiente hermético, conservan su viabilidad por cerca de un año. Entre 5,000 y 6,200 semillas por kilogramo.
Pretratamientos de la semilla. Para mejorar la tasa de germinación se recomienda poner las semillas en remojo durante 12 horas a pleno sol. Otros autores señalan que se puede alcanzar un 40% de germinación en la semilla si se alterna repetidamente el remojo y secado al sol durante 7 días, con el cual se ablanda la dura cáscara que recubre la semilla.
Material de plantación. En Asia y África, las plantaciones de T. ivorensis se establecen principalmente a partir de plantones deshojados de 120-180 cm de longitud, o también, con seudoestacas de 60-170 cm de longitud y 1.25 cm al cuello de la raíz. Otros autores recomiendan sembrar el material cuando alcance 100 cm de altura. En otras regiones también es común el empleo de material producido en bolsas.
Germinación y crecimiento. La capacidad de germinación de la semilla es baja, entre 10 y 50%, e irregular; se inicia 14 días después de la siembra y se puede prolongar hasta por 50 días. La germinación es epígea; cotiledones extendidos, herbáceos, opuestos; el pecíolo ca. 3 mm de largo, piloso; la lámina transversalmente oblonga, ca. 1 cm de largo y 1.5 cm de ancho, ampliamente cuneada hacia la base, truncada hacia el ápice, palmatinervia, verde pálida; epicotilo ca. 1 cm de largo, piloso; primeras dos hojas alternas, cortamente pecioladas, estrechamente elípticas, de 3-3.5 cm de largo y ca. 1 cm de ancho; las hojas siguientes progresivamente más grandes. El el estado juvenil T. ivorensis y T. superba son muy similares. Las plántulas se pueden distinguir fácilmente debido a que el primer par de hojas es alterno en la primera, y opuestas en T. superba. Una planta joven de esta última se puede reconocer por las hojas largamente pecioladas, con un par de glándulas laterales en el pecíolo. En estado adulto las especies son muy diferentes. El material que se produce en bolsa se encuentra listo para la plantación luego de 3-4 meses de permanencia en el vivero; las seudoestacas se preparan con material de entre 10 y 15 meses de edad, o cuando éste alcance cerca de 100 cm de altura.
Requerimientos especiales en el vivero. Las semillas se siembran en almácigas para su posterior trasplante al campo o a las eras del vivero para la producción de material a raíz desnuda, o se siembra directamente en bolsas. La composición del sustrato de las almacigas y de los contenedores, así como las normas para su preparación, deben considerar las comúnmente establecidas para la mayoría de las especies en los viveros. Las semillas se siembran en las almácigas con espaciamientos de por lo menos 20 cm y a 1 cm de profundidad, y proteger del sol intenso con una capa ligera de hojas secas, o con otro material apropiado. Las plántulas son muy susceptibles a la sequía y las almácigas se deben sombrear ligeramente hasta que se hayan establecido adecuadamente. Una vez que han abierto las dos primeras hojas (cotiledones), se pueden repicar a las eras del vivero con espaciamientos de 40-50 cm o a bolsas.
Para la producción de material en bolsa se deben colocar 2-3 semillas por bolsa, eliminando posteriormente el material en exceso y dejando el pie de mejor crecimiento y vigor. Las seudoestacas se producen en el vivero a partir de estacas sembradas o repicadas en canteros a 10 cm entre plantas. Las estacas de madera verde enraizan muy bien. En la preparación de los plantones deshojados es importante que con excepción del fascículo terminal, sean arrancadas todas las hojas para así reducir las pérdidas por transpiración; de igual forma, como las raíces de las plantas de T. ivorensis son muy susceptibles al daño, se recomienda no podarlas en exceso. En general, el material requiere agua abundante, y una vez bien desarrollado, plena luz. Al igual que los plantones deshojados, las seudoestacas deben ser protegidas contra el resecamiento durante la plantación.
Plagas y enfermedades
En general, el framiré no es afectado significativamente por plagas de insectos, y se reporta más bien libre de patógenos. Las plantas jóvenes debilitadas por stress hídrico pueden ser dañadas por termitas, y aunque es propensa al ataque de varios defoliadores, ninguno causa daños importantes. En algunas localidades de África se han registrado ataques de barrenadores, los cuales pueden causar graves daños a los árboles. En Costa Rica se reporta defoliación causada por un ácaro no identificado (Eriophydae), de hormigas del género Atta, y de Nodonota irazuensis (Chrysomelidae); también daños al fuste de Cossula sp. (Cossidae), Platypus parallelus (Platypodidae), Scolytus sp. (Scolytidae), y de un cerambícido no identificado. Así mismo, ataques de los patógenos Botryosphaeria sp. al fuste, de Cristulariella sp. al follaje, y de Phythopthora sp. y Rosellinia sp. que causan la pudrición de la raíz en suelos con drenaje impedido.
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