Los suelos constituyen la base de la vegetación

Imagen: Ceambiental

Los suelos sanos son muy importantes para garantizar el crecimiento continuo de la vegetación natural u ordenada que nos proporciona piensos, fibras, combustibles, productos medicinales y otros servicios ecosistémicos, como la regulación del clima y la producción de oxígeno. Los suelos y la vegetación mantienen relaciones recíprocas. Un suelo fértil favorece el crecimiento de las plantas al proporcionarles nutrientes y servirles de tanque de retención de agua y de substrato para sus raíces.

Por su parte, la vegetación, la cubierta arbórea y los bosques previenen la degradación y desertificación de los suelos al estabilizar el suelo, mantener el ciclo del agua y los nutrientes, y reducir la erosión hídrica y eólica.

A medida que aumenta la demanda de vegetación, piensos y subproductos de la vegetación como la madera, impulsada por el crecimiento económico y los cambios demográficos, los suelos se ven sometidos a una enorme presión y el peligro de que se degraden aumenta considerablemente.

La ordenación sostenible de la vegetación, ya sea de bosques o pastizales, aumentará los beneficios que esta dispensa, incluida la leña, el forraje y los alimentos, a fin de satisfacer las necesidades de la sociedad y, al mismo tiempo, conservar y mantener el suelo para beneficio de las generaciones actuales y futuras.

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Fuente: FAO