La madera certificada es una de las asignaturas pendientes de nuestra sociedad. Representa un peso importante de cara al desarrollo sostenible.
La certificación de madera es un proceso de evaluación que garantiza que los materiales que se reciben provienen de bosques manejados de forma coherente y sostenible. El proceso de evaluación -y esto es realmente importante en la sociedad actual- está realizado por una tercera parte independiente al agente certificador.
Existen dos partes diferentes en el proceso de certificación:
- La certificación de la gestión forestal, el bosque.
- La certificación de la cadena de custodia, que atañe a las empresas que se encargan de la transformación de la materia.
Asimismo, la certificación tiene 2 objetivos claros y diferenciados:
- Mejorar la gestión de los bosques. Cuando se habla de mejorar la gestión se refiere a garantizar unas prácticas en las que la protección del medio ambiente sea un punto capital.
- Asegurar el mercado. Es decir, crear un sistema alternativo de productos certificados. Y esto no es baladí, ya que entrar en el circuito permite a las empresas transformadoras ocupar posiciones comerciales preferentes en mercados tan competitivos como los de Estados Unidos y Europa. Y es que en los citados continentes existe una verdadera y seria preocupación por cómo se gestionan los bosques y la madera que de ellos se extrae.
La certificación forestal es una de las iniciativas más relevantes que se está llevando a cabo para evitar el proceso brutal de deforestación incontrolada. Asimismo, es un valor al alza porque el resultado final es signo de un proceso correcto, medido y controlado hasta el mínimo detalle. En resumen, se establece un vínculo entre el consumidor y los entes gestores que benefician no sólo al producto en particular, sino también a la sociedad en general. Porque se olvide, el desarrollo sostenible está en las conciencias y lo que es más importante, en la manos de todos.
Fuente: Decoración Madera