Madera chocoana en el Puente de Occidente

En un aserrío del sector de Guayaquil, centro de Medellín, cuatro hombres fornidos les dan forma de tablas a numerosos troncos de madera de unos 3 metros de largo, provenientes de las selvas del Chocó.

«Son para reemplazar los maderos del Puente de Occidente», dice uno de ellos que en una máquina sinfín recorta los maderos de los que salen chispas al roce con la cuchilla de la máquina.

La madera es de la especie tropical choibá o cumarú que tiene una densidad tan alta que las tablas parecen barras de metal.

 

«Vienen del Pacífico y Urabá chocoano y para estar aquí en este negocio exigimos los permisos de extracción de Codechocó, la corporación que vela por los recursos naturales de ese departamento», comentó el administrador del establecimiento en medio del ruido de la maquinaria.

En otro sitio, en el costado oriental del río Cauca, en el municipio de Olaya, vereda Quebrada Seca, un grupo de trabajadores de la empresa contratista Gisaico, le da los últimos toques al que será el campamento, una especie de invernadero, para el secado de los 140 metros cúbicos de choibá, que se usarán para rejuvenecer este monumento nacional de 291 metros de longitud, terminado de construir en 1895, por el ingeniero José María Villa.

Allí, Camilo Lage, ingeniero residente de la reparación explicó las bondades del choibá y el porqué debe de llevar un proceso de secado de varios días en ese lugar.

«Es una madera resistente a la intemperie, a los hongos y los insectos taladradores y, además es de una alta densidad, 850 kilogramos por metro cúbico», explicó el profesional.

Advirtió que los tablones tendrán que ser almacenados en forma horizontal y bien aireados para que tomen la humedad del sitio.

Rafael Nanclares, gerente operativo de la Secretaría de Infraestructura de Antioquia, recordó que el costo de estos trabajos será de 1.321 millones de pesos y 198 millones 598 mil pesos, la interventoría.

A una pregunta sobre los retrasos en el inicio de la obra, ya que en un foro realizado en marzo de 2013 en la sede de la Sociedad Antioqueña de Arquitectos e Ingenieros, SAI, se había anunciado que culminarían a finales de diciembre de 2013, el funcionario aseguró que tuvo que realizar ocho viajes a Bogotá para obtener el permiso del Ministerio de Cultura y Patrimonio, trámite que fue tan complejo que demoró año y medio.

Agregó que en junio de 2013 se inició la licitación y la ganadora fue la empresa Gisaico, pero el sorteo de la interventoría fue considerado desierto en dos ocasiones, porque los proponentes no cumplían con las condiciones.

Finalmente, le fue adjudicada al Consorcio de Occidente, conformado por las firmas Arredondo Madrid Ingenieros y Ginprosa Ingenieros.

«Las obras, añadió, estaban para iniciarse el 3 de marzo de 2014, pero con los trámites que hubo que realizar, el campamento se empezó a montar el sábado 5 de abril»

Diez días después llegaron de Medellín los maderos para la construcción de la secadora y las primeras tablas de choibá.

El secado es necesario, enfatizó Nanclares, porque en ese sitio de Antioquia la temperatura en la tarde llega a los 35 grados centígrados y en la noche baja a 10 grados o sea que la madera se estira y encoge y luego se raja. Por eso puede permanecer almacenada en ese sitio de dos a tres meses.

En cuanto a las obras específicas, dijo que será cambiada toda la madera tanto del tablero central como de los dos pasos peatonales.

Pero, destacó, con el fin de que la empresa no se paralice en los meses que demore el secado realizará trabajos de limpieza, cambio de tornillería oxidada, restauración de las cuatro torres de anclaje, lavado de los ladrillos, revoque, pintura y reparación de techos y desagües de la casa de máquinas. También diseñará y montará redes eléctricas y un sistema de iluminación.

Alertó que el paso de vehículos por el tablero central estará suspendido durante seis meses y, se estudia con Gisaico la forma de reparar primero un peatonal para que la comunidad de los alrededores no se perjudique con su conexión al municipio de Santa Fe de Antioquia y pueda hacer transbordos.

También, continuó diciendo el funcionario, ya se inició la repavimentación de la vía alterna Puente de Occidente, corregimiento Córdoba-Sopetrán, para agilizar la movilidad en el lugar.

«Esperamos entregar tanto la madera del puente totalmente cambiada como las reparaciones y embellecimiento de los alrededores a finales de diciembre», concluye Nanclares.

Por su parte, en la vereda Quebrada Seca, donde está ubicado este monumento nacional, sus habitantes y comerciantes expresaron sentimientos de alegría por la reparación y preocupación por los cierres.

Ismael Lora, habitante hace 20 en la vereda, que pertenece al municipio de Olaya manifestó que están preparados sicológicamente para las implicaciones que tiene para ese lugar el anunciado cierre del puente, porque comprenden que es una obra imperiosa para que no se caiga.

Sin embargo, subrayó, le vamos a pedir a los alcaldes y a la Gobernación que busquen alternativas para que el impacto no sea tan fuerte, ya que por allí cruzan los estudiantes de la vereda que, en su mayoría, son alumnos de colegios de la ribera oriental, en Santa Fe de Antioquia. Además de esa población se surten los negocios y los 400 habitantes de Quebrada Seca mercan en su comercio.

De igual forma por allí transitan carros, en especial las ambulancias de Olaya, Liborina y Sabanalarga, que llevan pacientes para atención en un nivel más alto que el de sus municipios, al hospital San Juan de Dios, de Santa Fe de Antioquia.

Henry Roldán, presidente de la Asociación de Comerciantes del Puente de Occidente indicó que están muy motivados, debido a que por fin van a reparar el puente, pero, a la vez, nerviosos por el sacrificio que ello implica.

El dirigente recordó que luego del accidente que el 29 de noviembre de 2011 le costó la vida a un educador y a su hija que cayeron al caudal del Cauca, luego de reventarse la madera deteriorada del paso peatonal sur de la estructura, ordenaron el cierre, que duró 11 meses.

«Primero no permitieron el paso de peatones y luego de vehículos y por poco sucumbimos los comerciantes y esta comunidad que vive del turismo», dijo.

En Liborina, localidad ubicada a media hora en carro del Puente de Occidente también se presentarán repercusiones por el cierre.

Adriana María Maya, alcaldesa de la población aseveró que esta es la conexión más importante que tienen con el municipio de Santa Fe de Antioquia, donde estudian, trabajan y llevan sus productos a vender numerosos campesinos de su localidad.

Otro inconveniente que se les presenta con el cierre del puente, detalló, es el traslado de pacientes que son remitidos al hospital de segundo nivel de Santa Fe.

«Para nosotros es muy importante la intervención que se haga, pero estamos pidiendo una vía alterna, ya que para llegar a Santa Fe de Antioquia por Sopetrán no solo hay más tiempo, unos 45 minutos más, si no también, se aumenta ostensiblemente el costo del transporte», opinó.

Siete negocios de venta de gaseosas, comidas, víveres y artesanías, de la ribera de Olaya, que generan 20 empleos directos, se sostienen gracias al Puente de Occidente. Además unas 60 personas viven del parqueo de carros, transporte en motos y motorratones, así como de la venta de pulpas de tamarindo y chazas ambulantes de bebidas que se ubican en el sector que le corresponde a Santa Fe de Antioquia.

El choibá, madera de las zonas tropicales de Colombia, Centro América y Brasil es de alta resistencia al agua, pero para garantizar su duración, expertos recomiendan un programa de mantenimiento.

10 meses es el plazo que tiene la firma contratista Gisaico para realizar los trabajos de reparación del puente.

$ 1.519 millones es el costo de la reparación que se le hará a este monumento nacional.

¿Qué sigue?

Necesita rutina de mantenimiento

Los habitantes de la vereda Quebrada Seca opinan que el puente se deterioró por la falta de un mantenimiento con las maderas adecuadas para ese lugar. Además debe tenerse en cuenta el equilibrio por ser un puente atirantado. Rafael Nanclares prometió que se buscarán recursos, ya sea por medio de una ordenanza de la Asamblea o un decreto de la Gobernación, para que cada año haya un rubro para el mantenimiento. También se buscarán aportes del Ministerio de Cultura a través del Plan Especial de Manejo y Protección, para incrementar los dineros. Para seguridad del peatón se instalará una malla bajo el puente.

En definitiva

Se busca con esta intervención que el puente de Occidente recupere su encanto para el turismo y movilidad para las comunidades de cinco municipios que lo circundan.

 

Fuente: https://noticias.co.msn.com/colombia/madera-chocoana-en-el-puente-de-occidente

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