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Durante muchos años, los PFNM, también conocidos como Non-Timber Forest Products (NTFP), fueron considerados productos secundarios o menores del bosque (Arnold & Ruiz-Pérez 2001). El término fue empleado por primera vez por De Beer & Mc-Dermott (1989), quienes propusieron la siguiente definición: “…los productos forestales no maderables abarcan todos los materiales biológicos diferentes a la madera, que se extraen de los bosques para uso humano”.
En la práctica, dependiendo del propósito de la investigación y el contexto de los estudios (local, nacional o internacional), las generalizaciones acerca de los PFNM son confusas y han dado como resultado diferentes interpretaciones. Sin embargo, es claro que los PFNM hacen referencia a un sector de la producción forestal cuya definición hoy cuenta con cerca de treinta connotaciones distintas (Nepstad & Schwartzman 1992, Belcher 2003), donde un componente común en su definición es que excluyen la madera, y que el producto, beneficio o servicio que prestan, debe proceder de un bosque o de árboles situados en otros terrenos (Wong et al. 2001).
De acuerdo con la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés, 2007), Los PFNM pueden recolectarse en forma silvestre o producirse en plantaciones forestales o sistemas agroforestales. Estos productos en su gran mayoría de origen vegetal son utilizados como alimentos y aditivos alimentarios (semillas comestibles, hongos, frutos, condimentos, aromatizantes), fibras, instrumentos o utensilios, resinas, gomas, y otros usados con fines medicinales, cosméticos o culturales.
Un término que también es bastante empleado corresponde a Non-Wood Forest Products (NWFP), para hacer referencia a los productos no leñosos. Burgener & Walter (2007) diferencian los NTFP de los NWFP, aclarando que “El término NWFP excluye todas las materias primas leñosas. En consecuencia, la madera, virutas, carbón y leña, así como la madera empleada en la elaboración de herramientas, equipo doméstico y tallas, están excluidos”.
También los sistemas para la clasificación de los PFNM son variados, desde los que usan agrupaciones de formas de vida (i.e. el bambú, ratán, palmas) o categorías funcionales (i.e. plantas medicinales y aromáticas, carne de animales silvestres, talla de madera, etc.), hasta los basados en categorías de uso y empleados en estudios de tipo etnobotánico como medicinales, alimenticias, artesanales y tóxicas, entre otras (Wong et al. 2001). Si bien muchas de estas clasificaciones han sido útiles en la organización y comprensión ecológica del tema, resultan a menudo inadecuadas para efectuar seguimientos a largo plazo y poder conjugar las dinámicas y evoluciones que presentan éstos en los mercados y sus implicaciones en las actividades de conservación o, incluso, sobre las consecuencias del uso y la gestión de los recursos, de ahí la necesidad de desarrollar sistemas de clasificación que permitan ayudar en el registro de información y servir de base para la comprensión sobre los usos y la demanda de productos y ayudar a la elaboración de metodologías de seguimiento de estos recursos (González 2003).
Bibliografía:
PRODUCTOS FORESTALES NO MADERABLES: IMPORTANCIA E IMPACTO DE SU APROVECHAMIENTO
René López Camacho
Colombia for. vol.11 no.1 Bogotá Jan./Dec. 2008