
No es lo mismo hacer marketing de contenidos a crear una historia que cambie la perspectiva de tu audiencia. En una era donde los clientes están acostumbrados a obtener todo de inmediato, pocas veces se detienen a ver algo que no les interesa. Por esto, puede ser esencial que te fijes como va el tráfico de tu página web, o los números de tu campaña, pues estos dicen algo sobre el interés de tus clientes y de la historia que estás contando.
De seguro ya has escuchado hablar del storytelling—o el arte de contar historias. Pero no se trata solo de saber escribir un cuento. Cuando hablamos de contar una historia en cuanto al marketing estamos hablando de saber vender un producto mientras inspiras sentimientos que lleven a tus clientes a comprar más. No es cosa fácil, pero es posible.
Estas son las tres cosas que debes saber para crear una historia alrededor de tu producto:
¿Qué quieres decir?
Toda historia tiene una moraleja, enseñanza, o al menos un tema central. ¿Cuál es el tuyo? Si, vender el producto es la idea detrás de la historia, pero no puede ser el tema central de tu historia. Al contrario, el punto de crear un cuento alrededor de tu producto es conmover al cliente sin que se de cuenta de que lo único que te interesa es vender más.
Procura tener un tema sencillo y fácil de aludir, puede ser por ejemplo una familia que ya no se lleva bien y que de repente se ve obligada a hacer un cambio, y tal vez con la ayuda de un pequeño producto, todo mejora. O que tal la historia de un perrito que no tiene casa y un señor que se siente solo, juntos se ayudan el uno al otro, y tal vez con un producto de limpieza, la vida se vuelve más sencilla en el proceso. Recuerda que lo que dices debe tener un sentido, nada debe parecer forzado, o tu cliente perderá interés rápidamente.
¿Qué sentimientos quieres inspirar?
Como todo en la vida, los humanos tendemos a sentir algo cuando leemos o vemos una historia que nos conmueve. Todo sentimiento lleva a una acción distinta. No es lo mismo que tu historia inspire miedo, pero que promueva un producto de comida, al contrario, la comida es algo más familiar, y hasta feliz. El miedo, por otro lado, puede ser una forma de hacer que tu audiencia compre más alarmas de seguridad, o que abra una cuenta bancaria.
Asegúrate de saber muy bien que sentimiento corresponde a tu producto y porque, pues así tu historia será más exitosa en llevar a cabo su intención: vender más. Tampoco caigas en la trampa de querer inspirar muchos sentimientos, pues en muchas ocasiones es mejor inspirar uno o dos máximo, pero que realmente hagan que tu audiencia te crea y se movilice hacía tu página web o donde quieras que acudan.
¿Cómo concluye tu historia?
En ciertas ocasiones los mensajes de las historias no son claros y de hecho terminan confundiendo al cliente. No hay mejor forma de crear más tráfico o generar más ventas que siendo claro y conciso. Si tu historia es buena y crea interés en las personas, entonces también debe ser clara a la hora de comunicar el mensaje final.
Como estas historias tienden a ser cortas, algunas empresas pecan al dejar de lado el mensaje final, por lo que sus comerciales o publicidades pueden resultar ambiguos. Por eso, fíjate muy bien en como vas a comunicar ese call to action y que se espera del cliente. Si es ir a una página web, hazla clara y fácil de memorizar, si es un teléfono, repítelo lo suficiente, si es dirigirse a una tienda, muestra el logo y repite el nombre varias veces. El cliente empezará también a asociar tu historia con tu producto rápidamente y se sentirá más curioso.
Estos son los tres puntos más importantes a la hora de contar una historia que gire en torno a tu producto. Recuerda que nada funciona si al final tu producto no es accesible, por eso, fíjate que tu tienda online sea fácil de encontrar y manejar, o que tu página web sea rápida y útil. No te quedes atrás a la hora de vender y utiliza el poder de contar historias.
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Descripción de la autora: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el q