La nueva fuente de energía es… ¿la madera?

Quemar árboles para obtener energía podría parecer anticuado, sucio y poco respetuoso con el medio ambiente. Sin embargo, según un estudio, un nuevo método de alta tecnología para quemar madera podría ahorrar energía, reducir costes e incluso luchar contra el calentamiento global.

Por ejemplo, el estudio afirma que la madera de Estados Unidos podría producir de forma sostenible «una enorme cantidad de energía, comparable con la producción de presas hidroeléctricas». El estudio se publicará en el nuevo número de la revista Science.

De hecho, esta forma de combustión ya es utilizada en una universidad norteamericana y en varias ciudades de Europa, como Joensuu (Finlandia).

De acuerdo con Antti Asikainen, habitante de la ciudad y experto forestal del Finnish Forest Research Institute «La calidad del aire de Joensuu ha mejorado considerablemente. Es una tecnología realmente limpia».

La ciudad, de aproximadamente 58.000 habitantes, «recibe calor de una mezcla de madera y turba, que ha sustituido a pequeñas chimeneas y quemadores de aceite, los peores contaminantes», afirmó Asikaine.

Para obtener los beneficios de este tipo de combustión las ciudades no pueden recurrir a hornos ordinarios, sino que se necesitan plantas de combustión en las que se garantice que todo el carbón se descompone en gases inflamables que al arder queman de forma más limpia que una chimenea.

El calor que se obtiene al quemarse el gas puede usarse directamente para calentar o generar electricidad.

Estas plantas también tienen filtros para eliminar las pequeñas partículas que genera la combustión de madera, limitando la contaminación.

¿La madera es ecológica?

Otro de los pioneros de este sistema es el Middlebury College (Vermont), que abrió una planta de combustión el mes pasado.

Middlebury quiere eliminar sus emisiones de dióxido de carbono para 2016. De acuerdo con Jack Byrne, director de la oficina de sostenibilidad de la universidad, los árboles absorben CO2 del aire a medida que crecen y luego liberan aproximadamente la misma cantidad cuando se queman en estas plantas. Por tanto, el proceso de producir y quemar madera se acerca al objetivo de no emisión de dióxido de carbono.

Con estas nuevas plantas de combustión «reducimos en un 40 por ciento las emisiones de dióxido de carbono», afirmó Byrne.

Asikainen, del Finnish Forest Research Institute cree que es posible quemar madera sin acabar con los bosques.

En su opinión, se puede conseguir de forma sostenible grandes cantidades de madera de los bosques, siempre que se controle de forma correcta.

Además, si las cosechadoras de madera dejan hojas y agujas en los bosques y devuelven las cenizas, «no ponemos en peligro la productividad de los bosques», añadió Asikainen.

No toda la madera debe provenir de los bosques: las ciudades norteamericanas producen casi 30 millones de toneladas de madera de los árboles que han sido recortados, según el estudio. Estos restos podrían usarse en las plantas de energía en lugar de ir a parar a los vertederos.

Por ejemplo, Saint Paul (Minnesota) ya abastece gran parte de la ciudad quemando unas 250.000 toneladas de madera de sus propios árboles.

Ahorro de combustible

«Las plantas de combustión de madera también darían beneficios económicos», afirma el coautor del estudio Dan Richter, profesor de ecología de la Universidad de Duke.

«Podría ayudar a las zonas del norte de Estados Unidos a dejar de depender de los combustibles fósiles», que han tenido precios fluctuantes, comentó Richter.
Byrne espera que en Middlebury se ahorren $600,000 en 2009 eliminando un millón de barriles de fueloil.

«Estamos seguros de que se pagará solo en 13 años, menos del tiempo de vida de una planta de energía», afirmó Byrne.

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