Colombia corre el riesgo de perder valiosas especies maderables

Según estimaciones del IDEAM, Colombia cuenta con 114 millones de hectáreas de extensión continental, de las cuales, alrededor de 55 millones están cubiertas por bosque natural, de igual forma  se estima, que la producción de madera del país es de alrededor de 2.73 millones de metros cúbicos anuales, que procede en un 80% de bosques naturales y solo el 20% de las plantaciones. El IDEAM estima que desde el año 2008 la pérdida de cobertura boscosa está alrededor de las 10.000 hectáreas al año.

De igual forma, entidades como la FAO ubican a Colombia como el segundo país con mayor número de plantas y el séptimo con la mayor parte de la frontera forestal del globo. Sin embargo, el alto índice del tráfico ilegal de madera, que para el año 2010 se estimaba en un 42%, ha contribuido a una drástica disminución del hábitat natural de muchas especies, entre ellas algunas maderables finas como el Abarco, Caoba y Cedro y especies de árboles con otros usos como Palorosa y Canelo de los Andaquíes.Estas cinco especies de árboles han visto reducidas sus poblaciones casi en un 80% en los últimos 100 años.

La crítica situación de estas especies de árboles quedó en evidencia luego de la presentación del volumen 4 del Libro Rojo de Plantas de Colombia en el año 2007, en donde se declararon en amenaza estas cinco especies. Frente a este panorama, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas SINCHI, adelantaron el , con el fin de identificar las poblaciones existentes, crear un mapa de distribución, generar códigos de barrada de ADN y huella genética de las especies utilizando herramientas moleculares para identificar la especie y controlar el tráfico ilegal de las mismas.

Los marcadores moleculares, son secuencias de ADN identificables que se encuentran en sitios específicos del genoma y son transmitidos por las leyes normales de herencia de una generación a otra. Estos marcadores permiten la trazabilidad de la madera. Por su parte, el código de barras hace referencia al uso de una región de ADN estandarizada, como una marca que permite identificar la especie de forma rápida y precisa.

Situación del Cedro, Caoba, Palorosa, Abarco y el Canelo de los Andaquíes

Para estas especies de árboles, y otras que también se han visto amenazadas,  se ha encontrado que la perdida y fragmentación de su hábitat es una de las principales causas de amenaza en conjunto con su sobre explotación, y aunque en varios lugares se mantienen coberturas boscosas en donde aún permanecen poblaciones naturales, varias de estas poblaciones se han visto degradadas en su estructural natural y su diversidad genética. En ese sentido, en cuanto mayor es el aprovechamiento excesivo y sin control, mayor riesgo de perder información genética aumentando el riesgo de extinción de la especie y el flujo genético.

Para el Ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Gabriel Vallejo López, el desarrollo de estos planes son un llamado a todos los colombianos para entender que la protección de todos estos recursos es también una responsabilidad individual de buscar cuáles son los sitios donde se consigue madera de procedencia legal.

La elaboración de los planes de Caoba, Cedro y Palorosa, además de contribuir en la conservación de la biodiversidad del país, también la están aportando a Colombia a cumplir con la  Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre – CITES, y con el Plan de Conservación, el país está cumpliendo con el Convenio de Diversidad Biológica, convirtiéndose además, en una herramienta fundamental en su contribución a la ciencia y a la formulación de la políticas públicas orientadas a la conservación y manejo de estas cinco especies.

Usos y categorías del Abarco, Caoba, Cedro, Palorosa y Canelo de los Andaquíes

El Abarco, la Caoba, el Cedro, el Palorosa y el Canelo de los Andaquíes son consideradas maderas finas, lo que genera una mayor presión sobre estas especies.

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Abarco: en Colombia está categorizada en peligro crítico, Para medidas de protección de la especie se tiene vedas en Corpourabá y Corantioquia. Sus fibras han sido utilizadas para la fabricación de canastos y calzado tradicional. También en la construcción de canoas, botes, muebles, empaques, chapas decorativas, triplex, cabos de herramienta y carrocerías

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Caoba: la Convención CITES tiene esta especie en Apéndice II, es decir si no se regula su comercio puede que la especie pueda llegar a verse afectada. En Colombia tiene categoría de amenaza de en peligro crítico. Su aprovechamiento está reglamentado por la CDMB, la Carder, Corpourabá y la CAS.

Ha sido utilizada para ebanistería, artesanías, tableros, enchapados finos, instrumentos musicales, esculturas, tallados, moldes, trabajos de tornería, reglas de cálculo y embarcaciones.

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Cedro: la Convención de CITES tiene el Cedro en Apéndice III, esto indica que está sometida a reglamentación en el país para prevenir o restringir su explotación. En Colombia ha sido categorizada como en Peligro. Se ha utilizado en carpintería, mueblería fina, puertas, ventanas, ebanistería, instrumentos musicales, tallados, contrachapado, molduras, elaboración de canoas, ornato de las ciudades y esculturas.

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Palorosa: La Convención CITES la tiene catalogada en Apéndice II, y se categorizó en peligro crítico en Colombia. El aprovechamiento de Palorosa en el siglo pasado generó una extinción local en la mayoría de áreas aprovechadas.

Su aceite ha sido utilizado en preparación de perfumes y jabones. Su madera ha servido para la fabricación de muebles, barcos, canoas, carpintería, madera contrachapada, chapas, pisos, implementos agrícolas y mangos de herramientas. 

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Canelo de los Andaquíes: Es fuente de fibra, manganeso, hierro y calcio. Está considerada en Colombia en peligro crítico. En el país han sido casi nulas las iniciativas para su protección. Es utilizado como desinfectante y anestésico. Es utilizado como sustituto de la canela para aromatizar dulces y comidas- 

Fuente: Minambiente

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