Una nueva regulación exigiría a todas las empresas que vendan determinados productos en países miembros de la UE que demuestren que sus cadenas de suministro no contienen ningún material procedente de tierras deforestadas.
En junio de 2023, la UE promulgó una política que exige que las empresas que vendan soja, carne de vacuno, aceite de palma, madera y otros productos, además de cualquier producto “derivado” (incluidos los muebles), demuestren que sus productos “no proceden de tierras recientemente deforestadas ni han contribuido a la degradación forestal”.
En concreto, los productos de madera y los muebles que se vendan en Europa deberán ir acompañados de un mapa de todos los bosques de los que procede la madera, así como de un análisis satelital que demuestre que dichos bosques están libres de deforestación.
Las empresas que no puedan demostrar que sus productos cumplen con esta normativa no podrán venderlos en ninguno de los 27 estados miembros de la UE. Las empresas tenían 18 meses para implementar la norma, por lo que la fecha límite es el 30 de diciembre de este año.
“Como importante economía y consumidora de estos productos vinculados a la deforestación y la degradación forestal, la UE es en parte responsable de este problema y quiere liderar el camino para resolverlo”, escribió la UE en ese momento.
La regulación ha enfrentado el rechazo de Estados Unidos y de países como Australia, Brasil, Indonesia y Malasia, que exigen más tiempo y aclaraciones para su implementación.
Preocupación en Estados Unidos
La representante comercial de Estados Unidos, Katherine Tai, el secretario de Agricultura, Thomas Vilsack, y la secretaria de Comercio, Gina Raimondo, dijeron a la UE en una carta que los productores estadounidenses estaban teniendo problemas para prepararse para cumplir con la norma.
“Por lo tanto, instamos a la Comisión Europea a retrasar la implementación de este reglamento y las sanciones consiguientes hasta que se hayan abordado estos importantes desafíos”, afirma la carta, fechada el 30 de mayo, de la que informó por primera vez el Financial Times.
A solo seis meses de que la ley entre en vigor, la carta afirma que la UE aún no ha lanzado un sistema para que los productores presenten su documentación y “no ha proporcionado una guía de implementación clara”.
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A principios de julio, un portavoz de la UE dijo que el sindicato había recibido la carta y que respondería.
En una carta a los productores de papel europeos, la UE reconoció las preocupaciones expresadas en la carta estadounidense, según Reuters.
“Algunas partes interesadas nos han comentado que la preparación para la implementación puede ser un desafío”, afirma la carta. “Sin embargo, también vemos señales alentadoras en muchos sectores y países que están trabajando para alinearse con los requisitos del EUDR (Reglamento de la UE sobre deforestación)”.
El portavoz dijo que se estaba trabajando en un sistema de documentación en línea.
También existe incertidumbre sobre qué significa exactamente un producto “derivado”, así como una solicitud de mayor aclaración sobre las coordenadas geográficas exactas que se utilizan para hacer cumplir la ley.
Incluso si finalmente se produce un retraso, la UE no ha dado señales de rescindir la norma. Hasta el momento, el 30 de diciembre sigue siendo la fecha de entrada en vigor.
Autor: Bobby Dalheim