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Los cambios de nombres en las especies, aunque pareciera que se realizan de manera injustificada, generalmente responden a un mejor entendimiento de la naturaleza.
La mayoría de las personas que trabajan con plantas (científicos, horticultores, amantes de las plantas, etc.), en algún momento, se habrá enfrentado a la situación de que el nombre científico de una planta ha cambiado (por ejemplo, el nombre aceptado actualmente del tomate o Lico- persicon esculentum Mill. es Solanum lycopersicum L.). Esto requiere un doble esfuerzo al tener que recordar un nuevo nombre y olvidar el antiguo. Luego, el nombre actual cambia de nuevo, repitiendo el esfuerzo de aprendizaje. Uno podría poner en duda esta serie de cambios y preguntarse ¿por qué?
Se realizan con el fin de proporcionar, un marco de referencia para deducir la distribución de las propiedades orgánicas, ecológicas y evolutivas de las especies.
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Gracias José Brea por su aporte.