
En un mundo donde la fibra de vidrio avanza en la construcción de pequeñas y medianas embarcaciones, un proyecto en Turbo, Colombia, demuestra que el arte de dar vida a la madera es más relevante que nunca. La embarcación CocoBalé no es solo un barco; es el fruto tangible de un puente intergeneracional, donde la sabiduría de los maestros carpinteros se entrelaza con las manos de nuevos aprendices.
La sabiduría de un maestro
La historia de la CocoBalé está tallada por manos como las de Don Luis Miguel Coneo. Con más de medio siglo de oficio a sus espaldas, Don Luis no solo ha construido innumerables embarcaciones, sino que ha convertido la transmisión de su conocimiento en una misión de vida. Desde leer la veta de la madera hasta el calafateo y el ensamblaje, su enseñanza va más allá de la técnica: es un culto al respeto por el material y la tradición.
«Quiero que queden gratos recuerdos de lo que hemos hecho», comenta Don Luis, quien ve en proyectos como este una urgente oportunidad para que su arte no desaparezca.
“No es difícil aprender carpintería de ribera. Lo difícil es enamorarse del arte. Pero si uno se enamora, lo demás fluye», explica don Luis

‘La CocoBalé’ el primer barco construido en madera después de más de 30 años em el Waffe el mayor puerto de Turbo, Antioquia en donde los barcos de madera han sido sustituidos por la fibra de vidrio. Foto: Ministerio de Cultura.
Más que un barco, es una herramienta de identidad y futuro
Para la Corporación CocoBalé, fundada en 2017, este proyecto es una apuesta integral. No se trata solo de salvar un oficio, sino de conectar la memoria con el presente, ofreciendo a los jóvenes un vínculo tangible con su patrimonio y una posible profesión.
«Este barco me cambió la vida. Me hizo querer más a mi tierra y entender que rescatar lo nuestro también es una forma de futuro», comparte Mateo, uno de los aprendices. Esta frase encapsula el espíritu del proyecto: no están construyendo solo una embarcación, sino un sentido de pertenencia y propósito.
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Jóvenes de la región formados de los hermanos Luis y Jorge Coneo, maestros constructores y carpinteros navales, que se dedican a reparar embarcacones de madera y fibra de vidrio, apoyados por el maestro carpintero Arcelio Arias.
Un legado que trasciende fronteras
Este impulso por preservar la carpintería de ribera no es un caso aislado. En otras latitudes, como Galicia (España), estas técnicas ya son reconocidas como Bien de Interés Cultural, mientras que en Países Holanda el oficio se reinventa para mantener su esencia. La CocoBalé se enorgullece de ser parte de este movimiento global que valora lo hecho a mano y el conocimiento ancestral.
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Para la construccción de la embarcación se utilizaron herramientas artesanales y tradicionales complementadas por herramientas eléctricas como la motosierra, taladro y pulidora. Tardó 9 meses la elaboración y fue inaugurada en el Golfo de Urabá.. Foto: Ministerio de Cultura
Un viaje que recién comienza
Con la embarcación ya inaugurada y lista para zarpar, el trabajo de la CocoBalé continúa. Los jóvenes que participaron en su construcción ahora son sus guardianes, mirándola con una mezcla de cariño y asombro. Ellos son la prueba viviente de que algunos oficios, aunque antiguos, están llenos de futuro. El legado de Don Luis y de todos los que hicieron posible este sueño ya navega, recordándonos que hay saberes que, preservados, nos dicen quiénes somos.
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Las maderas
Para la elaboración y restauración de embarcaciones de madera en Turbo y la región del Golfo se utilizan en especial el cedro, roble y Abarco. Por razones de regulación ambiental y la escasez o el costo de cietrtos tipos de madera, hoy en día se usa menor variedad de maderas que en épocas anteriores.
Fuentes: Corporación CocoBalé, Mincultura.