El combustible de madera no es tan perjudicial para el ambiente como se creía

El combustible generado a partir de la madera es apenas uno de los múltiples causantes de la deforestación, según indica un estudio que también advierte la necesidad de una reevaluación integral de lo que se considera sostenible.

Talar árboles para usarlos como leña es una práctica muy antigua que en los últimos años ha sido muy criticada por los conservacionistas. Sin embargo, según una nueva investigación que llevó adelante el Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR), el verdadero impacto ambiental del uso del combustible derivado de la madera, necesita entenderse mejor antes de la formulación políticas de sostenibilidad.

“La conclusión incuestionable de que el combustible de leña es una de las principales causas de la deforestación debe analizarse en más detalle, ya que la situación no es tan simple”, señaló el científico del ICRAF Phosiso Sola, quien participó en la investigación.

El uso de la madera como combustible a nivel mundial es de gran relevancia socioeconómica, ya que representa una fuente de energía para más de dos mil millones de personas, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Solo en el África Subsahariana, más del 70% de la población depende de la madera como combustible para cocinar y para calentar sus hogares.

Pero el uso de este recurso conlleva importantes costos ambientales y de salud. Se considera que la explotación de madera en el África Subsahariana causa deforestación y su uso como fuente de energía es responsable de gran parte de las emisiones domésticas de gases de efecto invernadero de la región. Además, se considera que la polución interna proveniente de hornos ineficientes y de  cocinas mal ventiladas puede ser una causa importante de la incidencia de enfermedades respiratorias.

A pesar de estas preocupaciones, según la investigación de Sola y sus colegas, en la lista de los principales factores causantes de daño ambiental, el uso de la madera como combustible no es tan significativo; para la investigación, este se considera uno de muchos factores interrelacionados.

Después de analizar 131 estudios previos, la investigación concluyó que los factores contextuales de estos otros estudios cuestionan la percepción de que la deforestación se deba en gran medida a las quemas, al sobrepastoreo y a la tala, además de al uso de madera como combustible.

“Lo cierto es que hay indicios que nos hacen pensar que la expansión agrícola es un factor mucho más relevante, si bien está intrínsecamente asociado con la posterior venta de madera como combustible que resulta de esta práctica”, dijo Sola.

Uno de los objetivos de la investigación ha sido crear un mapa sistemático que considere los impactos socioeconómicos, de salud y ambientales de las cadenas de valor del combustible de madera en el África Subsahariana. No obstante, según Sola, es necesario profundizar el análisis para develar el impacto real del este.

“Sostenemos que los estudios publicados hasta el momento no han sido suficientes para informar a las políticas”, afirmó.

“Hemos observado que la mayoría de los estudios están solo considerando los factores ambientales o en su defecto llegan a conclusiones muy amplias; o se enfocan en que el combustible de madera causa enfermedades respiratorias, o se concentran solo en los aspectos económicos. No existen estudios que analicen todos estos factores en conjunto, sobre todo, las compensaciones mutuas (trade-offs) existentes entre ellos”.

“Y esto es lo que hace falta. Por eso estamos recomendando que se lleven adelante investigaciones más amplias y sólidas que tomen realmente en cuenta todos estos factores a la vez. Tan importante como esto es la confiabilidad de las pruebas que se aportan: se necesitan investigaciones sólidas que mejoren los fundamentos para atribuir impactos al uso de combustible de madera”.

Forestería basada en la evidencia

El proceso de revisión sistemática de estudios existentes es parte de un impulso mayor dentro del sector de la forestería de preservación en favor de un enfoque con orígenes en la ciencia médica.

En la década de los setenta, un médico escocés llamado Archie Cochrane publicó un ensayo que  criticaba la falta de pruebas controladas que sustentaran el empleo de prácticas médicas consideradas efectivas.

Su obra llevó a la fundación de la Biblioteca Cochrane (una colección de revisiones sistemáticas de estudios médicos) y otros proyectos que sentaron las bases de lo que luego se convirtió en el “enfoque basado en la evidencia”.

Cuatro décadas después, la “forestería basada en la evidencia” es la síntesis transversal más novedosa de este método que busca impulsar las bases de la ciencia ambiental y las implicancias de las políticas de sostenibilidad.

Según Paolo Cerutti, coautor de la investigación, el tema se comprende mejor como una forma de “derribar mitos”.

“A lo largo de varias décadas, mucho se ha escrito sobre la ‘crisis’ ambiental causada por el uso de la madera a pequeña escala como fuente de energía”, destacó. “Si bien esta actividad tiene su impacto, en muchos aspectos es probablemente mucho más sostenible de lo que se creía al principio”.

“Por supuesto, es clave que exista evidencia que respalde estas teorías”, agrega.

En asociación con el Departamento para el Desarrollo Internacional (DFID) del Reino Unido, el CIFOR ha encargado revisiones sistemáticas como parte de la iniciativa Forestería Basada en la Evidencia, que incluye la investigación de Cerutti y Sola sobre el uso de madera como combustible.

La naturaleza multidimensional de la forestería basada en la evidencia —que analiza simultáneamente factores socioeconómicos, de salud y ambientales— apoya las prácticas de “forestería social”, mediante las involucrar a aquellos que dependen de los bosques para su sustento es preferible a  prohibiciones rígidas sobre  la extracción de madera para su uso como fuente de energía, la tala u otras prácticas perjudiciales.

“En este sentido, estamos revaluando qué se considera sostenible desde una perspectiva más integral”, indica Cerutti.

Para obtener más información sobre este tema, póngase en contacto con Paolo Cerutti: p.cerutti@cgiar.org

Esta investigación forma parte del Programa de Investigación del CGIAR sobre Bosques, Árboles y Agrogorestería.
 
Fuente:
Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *