Con motivo de la Asamblea General de FSC España, celebrada el lunes 30 de junio en el real Jardín Botánico de Madrid, FSC España organizó una mesa de debate con temas de gran actualidad para los bosques que bajo el título «Retos FSC hacia la gestión forestal sostenible del bosque mediterráneo: productos forestales no maderables y pagos por servicios ambientales» reunió a representantes del sector forestal, académico y ONGs. En dicho debate estuvieron presentes Félix Romero, Director Regional de FSC para Europa, Elena Domínguez, Técnico de sensibilización de mercados de WWF España, Luís Díaz Balteiro, Catedrático del Departamento de Economía y Gestión Forestal de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes (UPM) y Juan Carlos Álvarez, Alcalde de Coca (Segovia) y técnico ambiental.
Los ponentes plantearon la importancia de los productos forestales no maderables como la resina y el corcho para dar oportunidades al bosque mediterráneo y los servicios ecosistémicos forestales que actualmente se consideran servicios públicos. Se mostraron cifras relevantes como la capacidad y volumen de absorción de carbono que tienen nuestros bosques o los relativos al mercado del carbono, derivado de los objetivos del Protocolo de Kioto sobre el Cambio Climático, acuerdo internacional voluntario en el que la mayoría de potencias mundiales se comprometieron a reducir y compensar sus emisiones, entre ellas España.
Luís Díaz Balteiro destacó la necesidad de considerar el carbono como un servicio que actualmente no tiene valor en el mercado pero si lo tenemos en cuenta va a implicar cambios en la gestión forestal. La silvicultura para el carbono aún está en fase de investigación y por tanto se prevé pueda ser considerado en los estándares de certificación y en la manera de transmitirlo al propietario. Para ello es necesario una legislación estable que lo regule y el papel de FSC en ese contexto puede ser estratégico ya que en la Unión Europea hay un mercado europeo de derechos de emisión aunque en nuestro país no está incorporado el carbono forestal.
Por otro lado, Elena Domínguez resaltó lo complejo que resultaría para algunos pequeños propietarios incluir los cálculos de carbono en la certificación del monte mediterráneo pero destacó que en un futuro FSC puede convertirse en una buena herramienta para que la gestión forestal sea considerada cuando se habla de los servicios ambientales. También destacó la necesidad de dar protagonismo a los productos forestales no maderables y garantizar que existe este mercado. Finalmente habló de un cambio de paradigma en el que los consumidores accedan a pagar más en una cultura baja en emisiones de carbono por los productos forestales no maderables certificados FSC ya que rentabilizar las explotaciones es un reto para los propietarios.
Juan Carlos Álvarez incidió en el aprovechamiento de los productos forestales no maderables (PFNM) como es la resina, uno de los muchos ejemplos de utilización de productos renovables y autóctonos para la puesta en valor de nuestros bosques mediante una gestión forestal responsable FSC que permita su conservación a largo plazo. Según Álvarez debemos buscar una manera creativa de aprovechar este recurso natural ya que es una oportunidad de mercado y favorece el empleo autónomo forestal.
En el marco de la economía verde una propuesta cada vez más consensuada es la relativa al pago por servicios ambientales y la idea de que la naturaleza proporciona una serie de beneficios a la sociedad en forma de servicios del ecosistema. FSC considera que aquellos que con su gestión forestal responsable bajo el sello FSC mantienen la biodiversidad y permiten la absorción de carbono del conjunto del país deberían ser recompensados. Los bosques influyen en las emisiones de Carbono (emitiendo si se queman o se talan y absorbiendo si son conservados), por tanto se puede estimar su valor económico en función de su capacidad de absorción, aunque no es el único servicio que prestan; cabe destacar además el valor del paisaje, la calidad del agua, la conservación de biodiversidad y un largo etcétera.