La coexistencia de especies arbóreas mejora la regeneración de los bosques

Los investigadores del estudio, realizado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales, aseguran que pretenden mejorar la reforestación de los bosques.

Añaden que «la coexistencia de especies arbóreas está favorecida por factores que van más allá de aquellos únicamente climáticos».


Los árboles que crecen entre especies distintas a la suya tienen más posibilidades de éxito que los que lo hacen rodeados de su misma especie, según un estudio realizado por expertos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) que se publica en la revista Oecologia.

Este fenómeno se debe, entre otros factores, a que los tipos arbóreos que tratan de regenerarse en zonas donde su misma especie es la dominante deben enfrentarse a «sus enemigos naturales», como hongos y depredadores, que precisamente en esas zonas también son más abundantes, ha explicado la investigadora del MNCN Elena Granda en una nota de prensa remitida por el Museo.

Además de este proceso llamado mortalidad densodependiente, se han revelado otros patrones y mecanismos involucrados en las limitaciones de la regeneración que añaden complejidad a la ya conocida mortalidad por la sequía en ecosistemas mediterráneos, ha precisado Granada.

El estudio se ha realizado en los bosques del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara)

Los investigadores, que pretenden con este estudio «mejorar la reforestación de los bosques», han basado el experimento en la siembra de más de 15.000 semillas de cuatro especies distintas -encina, quejigo, pino laricio y sabina albar- en los bosques del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara).

«Ninguna de las especies a las que se les ha hecho el seguimiento se ha regenerado mejor donde su misma especie era la dominante; parece que la coexistencia de especies arbóreas está favorecida por factores que van más allá de aquellos únicamente climáticos».

Sin embargo, la propia masa forestal también ha desarrollado «mecanismos de facilitación» como la mitigación, por parte de los ejemplares adultos, del estrés hídrico producido por las sequías, a través, por ejemplo, «de la reducción en los niveles de radiación o de una mayor disponibilidad de agua bajo las copas», indica.

Tras la observación de estos especímenes durante dos años, los investigadores han concluido que «los bosques mediterráneos producen un reemplazo de especies arbóreas y favorecen la coexistencia de distintas especies a largo plazo» como parte del «mecanismo que tiene el bosque para garantizar la estabilidad de sus ecosistemas», concluye la investigadora.

Fuente: 20 minutos

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