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El ecosistema de la Tierra sostiene la vida al mismo tiempo que mantiene el equilibrio de la diversidad, lo que significa que preservar los bosques y hacer un uso sostenible de sus elementos naturales es muy importante para nuestro futuro.
La madera natural, un bien muy codiciado.
La destrucción de bosques sin control ha ocasionado graves consecuencias para el medio ambiente. La pérdida de nutrientes del terreno, la extinción de ecosistemas naturales, el deterioro del clima, la erosión del suelo o las sequías son el resultado de una mala diligencia a la hora de gestionar los recursos naturales. Entre éstos, la madera natural es uno de los elementos más solicitados, pero sólo un 30% de la que se tala llega a ser comercializada. El resto es descartada debido a la falta de control y regulaciones.
Para colmo, siendo la madera natural es uno de las materias primas más reutilizables de la naturaleza, la poca que se comercializa acaba teniendo una corta vida antes de desecharse, a pesar de sus numerosas propiedades biodegradables, que le permitirían reciclarse y subsistir en el tiempo en perfectas condiciones.
Llenando el planeta de árboles
Para adaptarse al frenético consumo humano, existen diversos tipos de proyectos de reforestación dedicados a plantar árboles en las zonas más despobladas. La misión del proyecto sin ánimo de lucro Trees for the future es sembrar la Tierra de árboles. Desde sus inicios en los años 70 han ayudado a luchar contra la contaminación industrial plantando cerca de 50 millones de árboles gracias a miles de donaciones desinteresadas.
La misión de organizaciones como ésta es promover el uso sostenible de los recursos y garantizar una extracción segura y respetuosa de los materiales. Con una utilización responsable, la madera natural puede seguir siendo un bien para las personas.
Fuente: Wood Lovers