La salud del suelo

Foto: Steven Weeks vía Unsplash

El suelo no es un medio de cultivo inerte, es un recurso natural vivo y dador de vida. Se está asociando con miles de millones de bacterias, hongos y otros microbios que son la base de un elegante ecosistema simbiótico.

La salud del suelo se define como la capacidad continua del suelo para funcionar como un ecosistema vivo vital que sustenta a las plantas, los animales y los seres humanos. Un suelo saludable nos brinda aire y agua limpios, cultivos y bosques abundantes, tierras de pastoreo productivas, vida silvestre diversa y hermosos paisajes. El suelo hace todo esto al realizar cinco funciones esenciales:

  • Regulación del agua : el suelo ayuda a controlar a dónde va la lluvia, el deshielo y el agua de riego. El agua fluye sobre la tierra o hacia y a través del suelo.
  • Mantener la vida vegetal y animal : la diversidad y la productividad de los seres vivos depende del suelo.
  • Filtrado y amortiguación de posibles contaminantes : los minerales y microbios del suelo son responsables de filtrar, amortiguar, degradar, inmovilizar y desintoxicar materiales orgánicos e inorgánicos, incluidos los subproductos industriales y municipales y los depósitos atmosféricos.
  • Ciclo de nutrientes : el carbono, el nitrógeno, el fósforo y muchos otros nutrientes se almacenan, transforman y reciclan en el suelo.
  • Brindar estabilidad física y apoyo : la estructura del suelo proporciona un medio para las raíces de las plantas. Los suelos también brindan soporte para estructuras humanas y protección para tesoros arqueológicos.

La investigación sobre la salud del suelo ha determinado cómo manejar el suelo de una manera que mejore su función.


Los principios fundamentales para mantener el suelo saludable son:

  • Maximizar la presencia de raíces vivas
  • Minimizar la perturbación
  • Maximizar la cobertura del suelo
  • Maximizar la biodiversidad

A medida que aumenta la población mundial y la demanda de producción de alimentos y madera, mantener el suelo saludable y productivo es de suma importancia. Al cultivar utilizando principios y sistemas de salud del suelo que incluyen labranza cero, cultivos de cobertura y diversas rotaciones, cada vez más agricultores aumentan la materia orgánica de su suelo y mejoran la actividad microbiana. Como resultado, los agricultores secuestran más carbono, aumentan la infiltración de agua, mejoran la vida silvestre y el hábitat de los polinizadores, todo mientras obtienen mejores ganancias y, a menudo, mejores rendimientos.

Fuente: USDA

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