Madera y más madera, en un taller artístico de Moscú

Taller de arte y arquitectura, Ruetemple

Un espacio preparado para la inspiración del artista. Madera y más madera para la creación de diferentes ambientes en un mismo espacio siguiendo un concepto abierto y una línea minimalista.

 

Cualquier tipo de expresión artística así como la arquitectura requieren de concentración e inspiración, por lo que un ambiente adecuado ayuda en gran manera a lograr grandes resultados. El estudio de arquitectura e interiorismo ruso Ruetemple, encabezado por el dúo de arquitectos Alexander Kudimov y Daria Butahina, se encargaron de la petición de convertir el garaje de 35 metros cuadrados de una casa familiar en un taller artístico para la hija de los propietarios.

El falso techo del garaje  fue eliminado para dejar al descubierto las cerchas de madera que soportan el techo, se limpiaron y trataron para conseguir que funcionasen como elemento decorativo además de estructural.

Como división de los ambientes se realizó una partición central, fabricada con madera contrachapada de abedul, que funciona a modo de estantería mientras separa la zona de estar con uno de los espacios de trabajo. Esta unidad de almacenaje consta de estantes de diferentes proporciones que pueden usarse para guardar papel, carpetas y demás herramientas de dibujo, junto con objetos artísticos que proporcionan inspiración. En uno de sus lados incorpora un gran escritorio como zona de trabajo, mientras que en otro lado existe un gran sofá en forma de ‘L’  y una serie de peldaños que dan acceso a la plataforma colgante que da servicio como litera. Como protección a esta litera una balaustrada de cuerda flanquea la plataforma formando bucles alrededor de una de las vigas del techo.

Otra superficie de trabajo alternativo se extiende a lo largo de la pared opuesta, desde esta se disfruta de magníficas vistas al jardín a través de los amplios ventanales que dejan paso a una gran cantidad de luz natural. El trabajo creativo requiere de variedad e imágenes visuales, es por ello que se decidió sustituir una mesa de trabajo convencional con un tablero colocado a la misma altura de la ventana, en el cual uno puede trabajar tanto de pié como sentado en un taburete y sacar inspiración a través de las vistas.

La madera se utilizó en tres formas en este espacio, los muebles de madera, el suelo y el revestimiento de las paredes, y como colores de contraste para la armonía cálida de la madera se eligieron el blanco y el gris, colores que mantienen la neutralidad del espacio pero otorgan cierto dinamismo. Estos colores los podemos encontrar en la tapicería, las cortinas, las lámparas colgantes y las sillas.

Un  magnífico proyecto como resultado de una suma de decisiones que consigue un espacio bien definido que combina ambientes de relajación y zonas de trabajo a pesar de mantener un concepto abierto.

Fuente: Arquitectura y Empresa