El estudio de arquitectura FARO Architecten, aprovechando lo aprendido en un proyecto anterior, que consistía en una residencia eficiente desde el punto de vista energético, ha mejorado el diseño y ha creado un edificio sin ninguna emisión de carbono. Se trata de Residence 2.0, un edificio de energía neutra de 230 metros cuadrados.
El criterio básico para diseñar y construir el edificio ha sido la filosofía “cradle-to-cradle” (de la cuna a la cuna), no desaprovechar nada ni generar residuos cuando acabe su vida útil. Las emisiones de dióxido de carbono (CO2) del nuevo edificio serán nulas.
Para conseguir esta extrema eficiencia energética, el edificio se ha diseñado con las características de una casa solar pasiva, es decir, que se reducen al mínimo sus necesidades energéticas en cuanto a calefacción en invierno y refrigeración en verano. El aislamiento de toda la casa es de la máxima calidad, hasta el punto de usar ventanas con triple acristalamiento. Los materiales son de origen orgánico, las juntas totalmente impermeables y se han instalado intercambiadores de calor.
Para generar la energía que necesita el edificio, se han instalado placas solares fotovoltaicas y un minigenerador eólico, que proporcionan toda la electricidad que requiere la casa. También dispone de colectores solares térmicos que aportan energía extra para la calefacción y para el calentamiento del agua sanitaria. Para las épocas de más frío, se dispone de una de estufa que funciona con pellets de biomasa, con lo que se puede aumentar la temperatura de la calefacción.
La madera se quema para conservar sus propiedades
El aire exterior se calienta mediante una bomba de calor geotérmica a dos metros de profundidad. El intercambiador de calor, junto con los grandes niveles de aislamiento y el triple acristalamiento, permiten que casi no haya que calentar ese aire.
La disposición interior es ciertamente original. El salón cuenta con un árbol colocado en horizontal como viga, recuperado de uno de los canales de la ciudad. La parte superficial de la madera de la fachada exterior ha sido quemada para que mantenga sus propiedades naturales, usando una antigua técnica japonesa. De este modo, no se han usado pinturas u otras sustancias químicas contaminantes.
Fuentes: Design Indaba.