El uso energético de la madera tiene un potencial que se puede aprovechar para avanzar en la nueva agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU a partir de 2015, señaló la directiva del Banco Mundial, Paula Caballero. La directora de Prácticas globales de medio ambiente y recursos naturales de esa organización internacional expuso los beneficios de ese tipo de energía durante el Congreso Forestal Mundial que acoge la ciudad sudafricana de Durban.
Bajo el lema ‘Bosques y gente: invertir en un futuro sostenible’, más de 3.000 expertos participan en el XIV Congreso Mundial de Bosques, un foro de debate centrado este año en cómo las inversiones forestales pueden hacer frente a problemas como el hambre, la pobreza o el cambio climático.
Además de servir para cocinar y calentar los hogares, Caballero indicó que la madera (ya sea en forma de carbón, leña o trozos más pequeños) también se puede explotar para su uso comercial e industrial, y para la generación de energía. En ese sentido, consideró que su demanda futura dependerá en los distintos casos de factores como el crecimiento de la población y su urbanización, el uso de la biomasa como energía renovable o la combinación de fuentes energéticas.
La responsable destacó que el uso de la madera para ese propósito también puede contribuir a cumplir muchos de los nuevos Objetivos de Desarrollo del Milenio, que serán adoptados próximamente por la comunidad internacional en Nueva York.
Entre ellos, citó el combate al cambio climático promoviendo una energía basada en la madera que ayude a disminuir las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y la necesidad de asegurar el acceso a una energía asequible, responsable, sostenible y moderna para todos.
Para lograrlo, Caballero afirmó que la energía obtenida a partir de la madera debe ser percibida como otra materia prima y que debe haber un compromiso político para fijar los estándares industriales y recaudar impuestos por dicha actividad. En su opinión, modernizar ese mercado puede servir para restaurar tierras degradadas o infrautilizadas, así como para reforzar el control de los sistemas de gestión forestales a nivel local.
Fuente: Madri+d