Portada del informe REN21
«La imperiosa necesidad de tener una carga base es un mito». Lo dice la red REN21, organización que trabaja en el marco del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y que acaba de publicar su ya tradicional informe anual sobre la evolución de las energías renovables en el mundo: «Renewables 2017 Global Status Report» (GSR 17). El informe revela que integrar grandes proporciones de energía renovable en un sistema es posible sin que haya centrales nucleares o de gas natural de guardia para responder en caso de que no sople el viento ni brille el Sol.
Sí, integrar un pico de electricidad del 86,3% (como el vivido en Alemania hace unos meses) es posible. Sí, integrar un pico del 140% de electricidad limpia como el vivido por Dinamarca hace unas semanas -ese país escandinavo está muy interconectado con sus vecinos- también es posible. Es más: la solución no es única. Porque no solo hay una solución. Hay muchas. Lo dice REN21, una asociación internacional sin ánimo de lucro que tiene su sede principal en París, en las oficinas del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente). La red REN21 es una entidad multisectorial que está integrada por asociaciones industriales -como la Alianza para la Electrificación Rural o WindEurope-, organizaciones internacionales -como el Banco Mundial, la Comisión Europea o la Agencia Internacional de la Energía-, oenegés -como Greenpeace o WWF- y academias, como el National Renewable Energy Laboratory de los Estados Unidos o el International Institute for Applied Systems Analysis.
2016, un año histórico para las energías renovables
A lo largo de los últimos meses habían sido varias las consultoras que habían adelantado que 2016 había sido un año top. Pues bien, REN21 acaba de ratificarlo en su estudio «Renewables 2017 Global Status Report» (GSR 17), un exhaustivo balance en el que esta organización multisectorial repasa la evolución que han experimentado las energías renovables a lo largo del último año y las ubica -dónde están- a día de hoy. Y sí, el GSR 17 confirma que el año pasado, 2016, la industria renovable volvió a establecer un máximo histórico de potencia instalada. Hasta 161.000 megavatios (161 gigavatios, GW) han sido instalados en los doce meses del año 16, lo que significa un aumento de la capacidad total mundial de casi un 9% con respecto a 2015, hasta sobrepasar los 2.000 GW de potencia renovable instalada a día de hoy en todo el mundo. La energía solar fotovoltaica ha representado en 2016 casi el 47% del total de potencia nueva añadida. Tras ella, con el 34%, la eólica; y, con el 15,5, la hidráulica.
Pero, más allá de los números -el nuevo registro máximo anual (161 GW) evidentemente brilla por sí solo- el informe destaca dos datos: uno, de carácter técnico; el otro, de carácter económico. Empezamos por este último: las energías renovables se están convirtiendo -explica REN21- en la opción más barata. El informe señala un puñado de ejemplos: en Dinamarca, Egipto, India, México, Perú y los Emiratos Árabes Unidos, el precio de la electricidad renovable (el coste de producir un kilovatio hora) se fijó en los 0,05 dólares (o menos) por kilovatio/hora, un precio que se encuentra -señala el informe- muy por debajo de lo que cuesta producir un kilovatio hora con uranio (nuclear) o combustibles fósiles (léase en centrales térmicas de carbón, fueloil o gas natural).
Pero es quizá más importante aún el otro dato clave que revela este último Informe REN, el dato «técnico»
Según el Global Status Report 2017, «la imperiosa necesidad de tener una carga base es un mito», tal y como acaban de demostrar Dinamarca o Alemania, que han manejado con éxito picos de electricidad renovable del 140 y del 86,3%, respectivamente. Lo que dice REN21 es que la integración de grandes proporciones de electricidad renovable ya es posible sin carga base -sin centrales de respaldo- si el operador del sistema hace uso inteligente de todas sus herramientas. A saber: las interconexiones, las tecnologías de la información y las comunicaciones (TICs), los sistemas de almacenamiento (desde las baterías a los bombeos reversibles); el vehículo eléctrico y las bombas de calor.
La tendencia no cesa de ganar velocidad
Según este Informe 2017, las nuevas soluciones de almacenamiento van a proporcionar cada vez más flexibilidad al sistema. REN21 da un dato: en 2016, cerca de 800 megavatios de almacenamiento de energía de última generación entraron en operación, lo que a fin de año arrojó un total estimado de 6,4 GW. Más datos que confirman la tendencia: los mercados para las mini-redes y el autoconsumo están evolucionando -informa REN21- a pasos acelerados. Y más: el modelo de negocio Pay-As-You-Go (pago sobre la marcha, PAYG), apoyado por la tecnología móvil, está cobrando auge en medio mundo: en 2012 -explica el informe-, las inversiones en compañías solares PAYG ascendían a sólo 3 millones de dólares, mientras que en 2016 el negocio alcanzó los 223 millones de dólares (claro aumento con respecto a los 158 millones de dólares del año anterior).
Contraste
La revolución energética, en fin, ya está aquí, conjugándose en tiempo presente. Sin embargo -matizan los autores del informe-, la transición no está sucediendo lo suficientemente aprisa como para alcanzar las metas del Acuerdo de París (de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero). El Informe insiste en ese sentido en la necesidad de acelerar el despliegue de las energías renovables -de todas las tecnologías renovables disponibles- para satisfacer la demanda de todos los sectores, incluidos por supuesto el del transporte (que sigue consumiendo ingentes volúmenes de combustibles fósiles) y el de la climatización y las demandas térmicas en general (la generación de calor también depende todavía sobre todo del gas metano y no de otras fuentes de calor no contaminantes, como la solar térmica, la biomasa o la geotérmica).
La asignación de recursos
El «Informe sobre el Estatus Global de las Energías Renovables en 2017» que acaba de presentar REN21 también critica ciertas prácticas políticas. En 2014 -señalan sus autores-, la proporción entre los subsidios a los combustibles fósiles y los subsidios a las energías renovables fue de 4 a 1, es decir, por cada dólar gastado en renovables, los gobiernos destinaban 4 dólares a perpetuar la dependencia de los combustibles fósiles.
En lo que se refiere a España, el informe de REN21 señala que el empleo en el sector, tras un quinquenio de recortes -debidos a la política energética gubernamental y la crisis económica nacional-, se ha estabilizado en torno a los 75.000 puestos de trabajo (frente a los menos de 3.000 mineros del carbón). La muy nuclear Francia sostiene más empleos renovables que España: 162.000. Alemania juega en otra liga: 334.000.
Fuente: Energías Renovables