
En el patio de una escuela del poniente de la Ciudad de México, un nuevo oratorio se erige como un punto focal del acceso principal. Diseñado para integrarse en el día a día de los estudiantes, este espacio arquitectónico combina funcionalidad y espiritualidad, fomentando un ambiente sereno y reflexivo en la rutina escolar.

Un diseño basado en la luz y la geometría
La luz es el alma del proyecto. Inspirados en la proporción áurea, los arquitectos emplearon formas geométricas simples y relaciones a tercios para crear un diseño armónico y comprensible para los niños. Este equilibrio matemático genera una atmósfera ordenada y apacible que conecta con los estudiantes a un nivel visual y emocional.
El oratorio, de 14 metros de largo por 8 metros de ancho, cuenta con entradas amplias al frente y en uno de los laterales. Estas aberturas integran el patio exterior al espacio interior, extendiendo su capacidad y acentuando su funcionalidad como lugar de encuentro comunitario.
Lea: Las iglesias contemporáneas de diseños vanguardistas utilizan bancas de madera.

Volúmenes suspendidos y luz cenital
Dos volúmenes rectangulares flotantes delimitan el área principal de oración, evocando un baldaquino que abraza y protege el espacio. Este diseño es realzado por un domo perimetral que permite la entrada de luz cenital, creando juegos de claroscuros que invitan a la introspección y al recogimiento.

Simbología espiritual y modernidad
El Oratorio NSM no solo es un espacio arquitectónico; es un puente entre lo cotidiano y lo trascendental. Diseñado por José Lombana Arquitectos, este proyecto conecta con la espiritualidad juvenil a través de una estética contemporánea que respeta profundamente las tradiciones católicas.
Con un enfoque en la escala humana y la accesibilidad, el oratorio fomenta una conexión más íntima con la fe, ofreciendo un refugio de tranquilidad y misticismo en el ajetreo escolar.

Las banca de iglesia también fueron diseñados especialmente para el Oratorio.
Un legado de reflexión y comunidad
El Oratorio NSM se convierte en mucho más que un espacio físico. Es un lugar donde los estudiantes pueden reflexionar, conectarse consigo mismos y con su espiritualidad. Un ejemplo perfecto de cómo la arquitectura y el mobiliario puede trascender lo funcional para tocar el alma de quienes la experimentan.
Conozca: Iglesias medievales de madera

Ubicación: Cuajimalpa
Superficie: 150 m²
Fotografía: Diana Arnau y Arturo Arrieta
Fuente: José Lombana Arquitectos,