De la extracción al uso múltiple. Los algarrobos en la memoria campesina

Por medio de la observación del entorno y el estudio de prácticas supervivientes de modelos productivos del pasado, se revela la capacidad de resistencia del entorno y los campesinos. Ante la amenaza de la agricultura industrial, el manejo del algarrobo por las familias campesinas de Los Juríes (Santiago del Estero, Argentina) es ejemplo de esta resistencia “frente a un modelo hegemónico, que no sólo es económico sino también cultural y social”.

 

La historia puede contarse de muchas maneras y, junto a ella, la memoria se construye colectivamente. La historia ecológica y social de una comunidad puede “leerse” interpretando resultados obtenidos con metodologías etnobiológicas, a través del análisis diacrónico de los usos y prácticas asociados a las diferentes especies identificadas y descritas por los sujetos que construyen el discurso que registramos. Estos usos son construidos en función de la relación dinámica entre las comunidades, el ambiente y el contexto socioeconómico regional en cada época. Así, en Los Juríes, Santiago del Estero, pueblo lindante con el límite tripartito entre las provincias de Santiago del Estero, Santa Fe y Chaco en Argentina, los pobladores rurales construyeron su historia campesina a lo largo de aproximadamente 100 años. A través de la historia del uso de los algarrobos (Prosopis alba y P. nigra) podemos delinear no solo la importancia económica y simbólica de estas especies leguminosas para las familias campesinas, sino también identificar las convergencias en la historia entre poblaciones prehispánicas, coloniales y actuales, intentando encontrar los ejes principales entre los usos pasados y los actuales.

Estas líneas de convergencia nos pueden ayudar a entender de qué manera los algarrobos forman parte de la construcción de la memoria e identidad de las poblaciones campesinas actuales.

Estudios vinculados a la arqueobotánica y la arqueología han descrito restos de algarrobos encontrados en distintos sitios. Estas descripciones proponen que ambas especies habrían sido utilizadas para la construcción de viviendas y corrales, para la combustión y calefacción, e incluso se plantea la posibilidad de un uso alimenticio. Los cronistas de la época de la conquista española nos cuentan sobre las prácticas de recolección, almacenamiento y consumo directo de las vainas de algarrobos, e incluso de su utilización en la comercialización e intercambio de bienes. Durante los años posteriores, junto al ingreso del ganado en la región, se evidencian en los documentos usos forrajeros, además de los medicinales, tintóreos, artesanales y de carpintería. Por supuesto que el uso de la madera para la construcción y como combustible continuó prevaleciendo. Por otro lado, la importancia de estas especies como melíferas se destaca en aquellos escritos que se refieren a la comercialización de mieles y ceras locales, a través de la evidencia de la figura del melero como intermediario entre los originarios y los extranjeros europeos.

La industrialización vino de la mano del ingreso de los ferrocarriles ingleses y el comienzo de la tala indiscriminada, tanto para el crecimiento de las vías por las que transcurrirían los trenes, como para brindar el combustible para las locomotoras a vapor. Los obrajes se instalaron en toda la provincia de Santiago del Estero y produjeron una intensa transformación de la geografía local; las familias migraban desde la misma provincia o desde las vecinas a los distintos focos de trabajo en obrajes.

En este contexto se funda a principios del siglo XX el pueblo Fides, que luego cambiaría su nombre a Los Juríes, y se inicia la construcción de la memoria local de las familias campesinas con las que se trabajó durante la tesis doctoral “Puesta en valor de plantas subutilizadas: aporte a la conservación de los recursos naturales en Los Juríes (Sgo. del Estero)”. Durante la época influenciada por la actividad forestal, los algarrobos y otras especies del monte chaqueño se vieron bajo una presión de selección muy intensa. Aún hoy pueden encontrarse las marcas de las hachas en aquellos pies de árboles derribados. Las divisiones políticas dentro de la zona rural a la que estamos haciendo referencia también presentan indicios de aquellos tiempos, ya que se denominan a través de lotes numerados correspondientes a los antiguos obrajes. Luego del retiro de las empresas forestales, las familias migrantes que vivían en el monte iniciaron un proceso de campesinización. Aquí las mujeres habrían sido actores principales; se sabe que durante la época de los obrajes la mano de obra era ocupada por los varones de las familias, por lo que las mujeres se habrían quedado en sus casas responsabilizándose de las actividades cotidianas en sus hogares y manteniendo parte de las prácticas comunes vinculadas a la vida en el campo como la cría de ganado caprino, la recolección de plantas alimenticias, el conocimiento sobre plantas medicinales, etc., además de ser agentes de transmisión cultural para los niños y jóvenes.

Debido al intenso cambio económico vivido por las familias campesinas tras el éxodo de su fuente anterior de trabajo, motivo por el cual habrían migrado hacia Los Juríes, los procesos de aprendizaje y entendimiento del ambiente se volvieron estrictamente necesarios para subsistir. La memoria, las prácticas campesinas continuadas en el ámbito doméstico y su periferia, y la llegada de nuevos actores a la zona, permitieron la subsistencia de las familias campesinas. La estrategia de uso múltiple de los agricultores familiares les permitió adaptarse a las nuevas condiciones, transformando su conocimiento según las nuevas condiciones. Así los algarrobos se transformaron en fuente primordial de sus prácticas. El uso medicinal permitió solventar sus necesidades de salud aun estando marginados en el monte; las vainas de gran calidad nutricional fueron útiles tanto para el ganado como para su propia alimentación, ya como tentempié, ya en cocciones como los arropes, o en la elaboración de patay como producto derivado de la molienda de las chauchas “elaborado por amasado de harina de algarrobo, en cualquiera de sus tipos: semilla o fruto, con agua; masa a la que se le da forma de panes” (intainforma.inta.gov.ar/?p=15384). Su madera continuó siendo útil en la construcción de sus casas o en los cercos para animales, y también como combustible para la cocina o la calefacción, y en la producción de carbón para comercialización local.

Con la llegada de la “revolución verde”, miles de hectáreas fueron desmontadas, representando una transformación de casi el 80% en el uso del suelo de la región. Los campesinos, ante la presión de desalojo y la exposición a contaminantes agrotóxicos como el glifosato, se vieron nuevamente ante un cambio rotundo en sus modos de vida. Así la organización campesina, más fuerte o débil según los momentos políticos, logró posicionarse y mantenerse en pie en aquellos relictos de monte que pudieron defender. Actualmente muchas familias campesinas continúan con sus prácticas vinculadas a la estrategia de uso múltiple y la agroecología, aun estando rodeadas por monocultivos, principalmente de soja (Glicine max).

Los algarrobos son valorados por sus múltiples beneficios, porque aportan sombra y protección del sol y de los intensos vientos que azotan la zona, especialmente durante el trabajo en campo. Algarrobos-monte-agricultores familiares-pueblos originarios, representan en su múltiple dimensionalidad la historia de este pueblo, reconstruida a través de la memoria oral que transmite los usos y anécdotas de antaño, de las marcas evidenciadas en árboles derribados y de las identidades forjadas a través de la lucha por sostener ideas alternativas frente a un modelo hegemónico, que no sólo es económico sino también cultural y social.

Patricia Riat 
Laboratorio de Etnobotánica y Botánica Aplicada, FCNyM, UNLP, CONICET, Argentina 
patriciariat@fcnym.unlp.edu.ar
Artículo basado en el trabajo de tesis para optar por el grado de doctora en ciencias naturales de la FCNyM, UNLP, “Puesta en valor de plantas sub-utilizadas: aporte a la conservación de los recursos naturales en los Juríes (Sgo. del Estero)”.

Referencia

Riat, P., Stampella, P., Pochettino, M. L. (En prensa). Incidencia de la estrategia de uso múltiple en la autosubsistencia de dos comunidades campesinas de la Argentina. Gaia Scientia, Special volume: “Etnobiología en la Argentina”.

Fuente: Leisa-Al

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