
El diseño de la Giroflex 150 nace de una profunda mirada al pasado. BIG-GAME se inspiró en los archivos históricos de la marca suiza Giroflex, revisando antiguos modelos de sillas de oficina de madera del siglo XX. La marca, con raíces en la fabricación de muebles de madera curvada, se consolidó como pionera en el mobiliario de oficina, manteniendo siempre su compromiso con la calidad y la durabilidad.
Entre los diseños que marcaron la historia de la marca, la silla Holson, creada en los años 50 por el diseñador alemán Arno Votteler, fue clave para el desarrollo del nuevo modelo. Su estructura de madera y su enfoque en la comodidad demostraban una filosofía orientada a la longevidad y a la belleza del envejecimiento natural de los materiales.
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El equipo de BIG-GAME reconoció en estas piezas antiguas una lección de durabilidad: sillas que, décadas después, seguían siendo cómodas y funcionales. Ese espíritu fue el punto de partida para concebir la Giroflex 150, una silla que combina la calidez del diseño clásico con la eficiencia contemporánea.
El objetivo del proyecto era crear una silla que igualara a la Holson en carácter, comodidad y durabilidad. A diferencia de las sillas modernas, voluminosas y sobrecargadas de funciones, la Giroflex 150 rescata la esencia del diseño suizo: sobriedad, robustez, fiabilidad y calidad artesanal. Una pieza que envejece con su dueño, sin perder elegancia ni rendimiento.
Su fabricación combina la precisión del diseño suizo con la maestría de la ebanistería japonesa. Las piezas de madera se elaboran con roble japonés (Quercus serrata y Quercus mongolica) proveniente de bosques gestionados responsablemente. Los carpinteros de Karimoku New Standard aprovechan árboles jóvenes que de otro modo serían descartados, transformándolos en un material bello y duradero. Este proceso, además de crear muebles longevos, contribuye a la sostenibilidad al capturar carbono y fomentar la biodiversidad.
Cada componente de roble se elabora a máquina y a mano en los talleres de Karimoku en Aichi, Japón, garantizando una textura suave y una calidad táctil excepcional. La combinación de madera y acero flexible da vida a una estructura sólida y elegante, equipada con un mecanismo de movimiento sincronizado diseñado por Giroflex.
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A diferencia de las sillas de oficina convencionales, la Giroflex 150 prescinde de múltiples ajustes mecánicos, apostando por la simplicidad y el equilibrio natural. Su diseño inteligente utiliza el peso del usuario para adaptarse dinámicamente a cada movimiento, ofreciendo una experiencia ergonómica y fluida que sorprende por su comodidad y ligereza, pese a su estructura de madera.
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La Giroflex 150 es más que una silla: es una síntesis entre tradición y tecnología, un objeto que honra la historia del diseño suizo y la precisión japonesa, al mismo tiempo que redefine lo que significa sentarse con elegancia y consciencia ambiental.
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