
Los bosques albergan una gran proporción de la biodiversidad terrestre de la Tierra, que continúa perdiéndose a un ritmo alarmante.
La deforestación es la principal causa de pérdida de biodiversidad forestal, con 10 millones de hectáreas de bosque convertidas cada año a otros usos de la tierra, principalmente para la agricultura. Hasta el 30 % de las especies arbóreas se encuentran actualmente en peligro de extinción. Como consecuencia de la sobreexplotación, las poblaciones de fauna silvestre también se han visto mermadas en vastas áreas de bosque, lo que amenaza la supervivencia de muchas especies.
Las áreas protegidas, consideradas la piedra angular de la conservación de la biodiversidad, abarcan el 18 % de los bosques del mundo, mientras que un porcentaje mucho mayor, el 30 %, se destina principalmente a la producción de madera y productos forestales no madereros.
Estos y otros bosques gestionados para obtener diversos beneficios productivos desempeñan un papel fundamental en la conservación de la biodiversidad y también proporcionan servicios ecosistémicos esenciales, como asegurar el suministro de agua, proporcionar espacios recreativos, impulsar el bienestar humano, mejorar el clima local y mitigar el cambio climático.
Por lo tanto, la gestión sostenible de todos los bosques es crucial para la conservación de la biodiversidad, y las naciones se han comprometido a integrar la biodiversidad en el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB). Integrar la biodiversidad en la silvicultura requiere priorizar las políticas, planes, programas, proyectos e inversiones forestales que tengan un impacto positivo en la biodiversidad a nivel de ecosistemas, especies y genética.
En la práctica, esto implica la integración de las preocupaciones sobre la biodiversidad en las prácticas cotidianas de gestión forestal, así como en los planes de gestión forestal a largo plazo, a diversas escalas. Se trata de la búsqueda de resultados óptimos en las dimensiones sociales, económicas y ambientales del desarrollo sostenible.
Este estudio es una colaboración entre la FAO y el Centro para la Investigación Forestal Internacional (CIFOR), centro líder del programa de investigación del CGIAR sobre Bosques, Árboles y Agroforestería (FTA). Este informe es una recopilación de estudios de caso nacionales como material complementario a la publicación principal, que analiza el progreso y describe las herramientas técnicas y políticas disponibles para los países y las partes interesadas, así como los pasos necesarios para integrar eficazmente la biodiversidad en la silvicultura.