“Europa importa 400 billones de euros de energía en un mundo en conflicto; hay que asegurar el suministro energético y no podemos esperar 100 años a hacerlo”. Así de rotundo fue el parlamentario Paul Rübig en la apertura de la Conferencia Europea del Pellet celebrada en Wels, Austria.
Asegurar un suministro energético sostenible
Las ciudades serán las encargadas de implementar las medidas necesarias para cumplir los objetivos europeos de 2020. Según Giulio Volpi, miembro de la DG de Energía de la Comisión Europea, la bioenergía será clave en la climatización de los edificios. En 2020 se espera que el 10% de la energía final consumida en la UE provenga de biomasa.
También explicó que se trabaja para que los criterios de sostenibilidad para biocombustibles sólidos y gaseosos se unifiquen y sean vinculantes, y destacó que en muchos casos sean las empresas quienes lideren sistemas de control de la sostenibilidad, como ENplus para pellets domésticos o la IWPB (iniciativa de los grandes compradores de pellets de madera) en el sector industrial.
El grupo IWPB trabaja en la elaboración de un contrato único para la compra/venta de pellets; en la definición de unas especificaciones universales para el pellet industrial; y en unos criterios de sostenibilidad que deberán aplicar y cumplir todos sus miembros.
Acelerar la implantación de las EERR
Desde la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Adam Brown prevé que la bioelectricidad aumente su aportación en el horizonte de 2050. La AIE vislumbra un gran crecimiento del calor industrial con biomasa, y no tanto en el sector doméstico. Para que todo esto ocurra, Brown apunta que es clave un marco de políticas de apoyo estable y predecible que anime a los inversores. En su opinión, la clave no es cómo estimular las EERR, sino como acelerar su implantación.
Según Walter Hasslinger, de Bioenergy 2020+, hay que pasar ya de invertir en I+D y poner en práctica lo que se ha logrado en laboratorio: mejoras de eficiencia; sistemas híbridos; micro-cogeneración; funcionamiento óptimo a baja carga y uso de biomasas torrefactadas en grandes instalaciones, por ejemplo.
Más pellet industrial y más biomasa
El consumo de pellet doméstico en 2030 doblará al de 2010, según estimaciones de FAO. Esto irá acompañado de cambios tecnológicos: al menos el 20% de chimeneas de leña se sustituirán por estufas eficientes y no contaminantes de pellets. Y sobre todo esperan un crecimiento del uso de pellet industrial, que superará al doméstico alrededor de 2030.
Brown aseguró que sólo movilizando biomasas de “bajo impacto” no será posible alcanzar lo previsto para la bioenergía en 2050. Florian Steierer, de FAO, afirmó que sería posible movilizar más de 450 millones de m3 de biomasa con políticas favorables. “Se prevé un déficit de biomasa, pero aún se puede movilizar mucha si se cuenta con un marco propicio”. Añadió que la eficiencia energética es crucial, lo mismo que la transparencia al comunicar la huella de carbono de la bioenergía a la sociedad.
América del Norte
Charles Niebling, del Biomass Thermal Energy Council, cree que el pellet tiene una gran oportunidad en zonas del Noreste de EEUU (NE) donde el gas no llega a los hogares. El NE tiene una capacidad de producción de 800.000 t/año. En 6 meses esperan tener lista una norma de calidad basada en el trabajo europeo. Reclama más apoyo al uso térmico, que en su opinión es menospreciado frente al uso eléctrico; y hace una llamada a los fabricantes de equipos europeos para que establezcan fábricas en EEUU.
Europa es el único mercado del mundo para el pellet industrial. 5 países –Suecia, Reino Unido, Dinamarca, Bélgica y Holanda- cuentan con programas de incentivos a la co-combustión. Gordon Murray, presidente de la Asociación del Pellet de Canadá, señala que tan solo un puñado de compañías eléctricas consumen pellet: Dong Energy, Drax, Electrabel y RWE entre ellas, pero espera que en 3 años se duplique la demanda de pellet, sobre todo en Reino Unido. Murray se muestra optimista ante las perspectivas del negocio mundial del pellet: en Europa aún se queman 1,3 millones de toneladas de carbón y la energía nuclear está en entredicho; EEUU, Canadá y otros países de Asia, como Corea del Sur, empiezan a interesarse por el uso del pellet.
Sostenibilidad
Los pellets son ya el biocombustible sólido más comerciado en el mundo, con el 40% de cuota en 2010 (unos 15 millones de toneladas, de los que 13 millones se vendieron en la UE y el resto sobre todo en EEUU). Dos terceras partes se movieron dentro de la UE, sobre todo pellet doméstico, sector en el que Europa es bastante autosufiente, según Patrick Lamers, de Ecofys. Lo contrario ocurre con el pellet industrial. Para evitar los problemas de “mala prensa” que tuvieron en su día los biocarburantes y controlar las incertidumbres, Lamers cree necesario asegurar la sostenibilidad del producto, sobre todo de la materia prima. Para ello, muchos países deberán adoptar esquemas de certificación de la materia prima forestal similares a los empleados en la UE y América del Norte.
Desarrollo del mercado internacional
Richard Sikkema, del proyecto pelletsatlas.info, presentó una visión de la situación del comercio mundial del pellet. A finales de 2010, de los casi 13 millones de pellets que se consumieron en Europa, 3 millones fueron importados desde fuera de la UE. Los principales receptores fueron Holanda, desde América del Norte, y los países bálticos, desde Rusia. Los precios de flete desde América a finales de 2011 eran de 30 €/t. Normalmente las plantas de generación están dispuestas a pagar algo más por el pellet si logran firmar acuerdos de suministro a “largo plazo”, lo que en la actualidad es decir 3 años o más.
El pellet no industrial, sin embargo, está sujeto a fluctuaciones estacionales del precio. Y países como Suecia o Suiza han de pagar más por el pellet por no encontrarse dentro del euro.
Las materias primas
No existe un inventario de precios de las materias primas, aunque se ha advertido un incremento ligero entre 2000 y 2010. La materia prima puede estar disponible en gran cantidad en función del tipo y el origen.
Se espera, si se cumplen los Planes Nacionales de Acción en EERR, que la biomasa movilizada pase de 170 a 400 millones de toneladas al año en 2020.
Pellet para calor: un “gigante dormido”
Desde el Instituto Alemán del Pellet, Martin Bentele asegura que la mejor forma de aprovechar este biocombustible es en forma de calor. En Alemania el sector de la calefacción se considera un “gigante dormido”, que no recibe tanta atención como el eléctrico. Hay 60 millones de calderas que deben ser sustituidas por tecnologías más eficientes a un ritmo de 600.000 calderas cada año. Bentele espera que en 2012 lleguen a 180.000 calderas de biomasa, para lo cual cree que es mejor dotar de incentivos que implantar obligaciones por ley.
Insiste en la necesidad de transmitir confianza al consumidor, lo que se está consiguiendo gracias a ENplus. En Alemania ya son 60 suministradores acreditados y más de 1000 instaladores formados. En su opinión ellos son la clave para llegar al usuario. El precio del pellet se mantiene estable desde 2003, lo que es bueno para el consumidor pero crea una situación compleja para los productores, que han visto cómo se encarecía el precio del serrín en los últimos años. Aprovechan 70 Mm3 de biomasa forestal de los 120 Mm3 disponibles.
Cada vez más conocido
El 51% de los franceses había oído hablar de los pellets en 2011, según una encuesta de Propellet-Francia; que ahora trata de promover el consumo de pellet local y certificado. Anne Mangel explicó que en 2010 las ventas de calderas y estufas de biomasa crecieron un 35%, pero aún representan solo un 5% del mercado total.
El 85% de la producción francesa (530.000 t/año) está certificado, y cree que se comer-cializará sin problema toda la capacidad si crece el número de calderas.
“Explosión” de consumo
Dinamarca sufrió una “explosión” de consumo de pellets entre 2009 y 2010. Un par de grandes centrales de cogeneración han hecho que se estén consumiendo 1,7 Mt/año. El 90% es importado, sin que haya aumentado significativamente la producción local. Sus principales suministradores son Alemania, con el 15%, y Portugal, con el 9,6%. América del Norte y Rusia juntos proveen menos del 12%.
El pellet doméstico cuesta 340 €/t en saco y compite fuertemente con las bombas de calor, aunque Morten Hansen, de FORCE Technology, cree que habrá sitio para todos y espera que a medio plazo el consumo aumente hasta los 3 Mt/año. El gobierno danés persigue el objetivo de ser el primer país libre de fósiles en 2050.
Pellet por contracting
Matías Baumgart de Lipsia, uno de los pocos fabricantes argentinos, explica las dificultades del pellet en el país. Las tecnologías eficientes de combustión son caras, por lo que Lipsia ha decidido ofrecer la solución del contracting a los hoteles, con garantía de ahorro del 30%. El 90% de su producción se vende a industrias, pero ya han instalado 3000 kW en hoteles y siguen llegando encargos.
Pellet es más confort y menos CO2
Marcos Martín, de AVEBIOM, presentó los avances de ENplus en España, que ya cuenta con 5 certificados, e insistió en que la promoción de los pellets no debe centrarse sólo en que es más barato que otras fuentes energéticas, si no también en sus otros valores: proporciona confort, reduce las emisiones de CO2 y es un producto de calidad. Como vicepre-sidente de AEBIOM, Martín aseguró que la Asociación confía en que la biomasa tenga un papel más importante en 2020 que el previsto
Ana Sancho/AVEBIOM-BIE. Publicado en BIE nº15