La situación económica actual está propiciando una recuperación de la resina como materia prima forestal, recurso de gran importancia económica hace décadas y que fue abandonado hace años por una coyuntura de causas, fundamentalmente el desplome del precio por la irrupción del petróleo y sus derivados, el desarrollo tecnológico de nuevos productos químicos, la creciente competencia internacional con precios más bajos, y la tendencia vertiginosa de la población española a abandonar el mundo rural.
A final de los años 60 y comienzos de los 70 fue cuando España marcó su récord de producción de resina,miera para los afines al sector. Después llegó la caída libre, hasta la práctica extinción del sector, quedando reducido a unas tres factorías en Segovia, casi simbólicas y con una rentabilidad casi nula.
Para hacerse una idea de la importancia económica que tuvo el sector de la resinación cabe recordar que a principios de los años 60, sólo en la provincia de Segovia había 27 fábricas de resina, y al menos una decena en cada una de las provincias de Ávila, Soria, Cuenca y Guadalajara, provincias del interior peninsular con mayor proporción de pinares resinables (los propios del pino resinero, Pinus pinaster).
En Guadalajara destacaban las fábricas de La Avellaneda, en Anquela del Ducado y sobre todo la factoría de Mazarete, denominada La Cándida en honor a la madre del Ingeniero de Montes D. Calixto Rodríguez, que propició su puesta en marcha en 1883, y que fue un importante núcleo industrial, no solo comarcal sino nacional, llegando a emplear a más de 1.000 obreros, aparte de los resineros, contando con la tecnología más avanzada de la época, que separaba los componentes de la miera (colofonia y trementina o aguarrás) mediante la destilación por arrastre de vapor. En esta factoría se consiguió que a partir de una miera de muy buenas propiedades que generaban los pinares del Ducado de Medinaceli, y que se recogía por el métodoHugues o tradicional, se obtuvieran resinas de primera, segunda y tercera; breas claras y negras, y esencias de trementina de excelentes calidades (fuente: Antonio Berlanga Santamaría, Centro de Estudios de Castilla La Mancha).
Son muchas las aplicaciones de los componentes de la resina obtenida de los pinos:
- La colofonia, se utiliza en la producción de papel, adhesivos, tintas de impresión, compuestos de goma, revestimientos superficiales, barnices, pinturas, esmaltes, soldaduras, fósforos, redes de pesca, productos de limpieza, insecticidas, usos farmacológicos, construcciones, embarcaciones, etc…
- La trementina o aguarrás, por otra parte, es de amplio uso en la industria química, como fuente de aromas, fragancias, sabor, insecticidas, disolventes, etc
En el año 2010, el mercado de la miera (resina) estaba totalmente hundido. Se pagaba por debajo de 0,60 euros el kilo de resina, lo que suponía que el resinero no ganaba dinero con su trabajo, quedando unas 20 ó 30 personas en toda España dedicadas a esta labor, confinados casi exclusivamente a la comarca de Tierra de Pinares (Segovia) y algunas zonas de Ávila, practicada de modo parcial de forma que era un complemento a otros empleos, además estos últimos resineros tenían una edad ya avanzada para ejercer bajo esfuerzo, que no con precisión, las labores propias de resinación.
En el año 2011 el precio del kilo de miera subió ligeramente por encima de 1 euro, esto unido a la necesidad de ocupaciones laborales alternativas a las dominantes, ha supuesto que se cambien muchos esquemas sobre el denostado sector de la resina.
Los expertos achacan la subida del precio de la resina nacional a la confluencia de varios factores, entre ellos, el aumento del precio del petróleo y sus costes de importación; el autoabastecimiento de los dos principales productores mundiales, China y Brasil; y la especulación sobre la resina importada, que ha vuelto a hacer competitiva la miera nacional, de mayor calidad. A estos factores hay que añadir, sin duda, la actual y duradera crisis económica y de conceptos laborales que ha dejado a casi un cuarto de la población española en el paro.
Actualmente, las provincias con mayor tradición y potencial resinero (en nº de has de pino resinero) están motivando la reactivación del sector mediante la formación en el oficio de resinero de parados y personas interesadas en la vida rural, en respuesta a la necesidad de cambiar el modelo laboral hasta ahora vigente, circunstancia propiciada por la apuesta de industrias por este producto forestal nacional, sin la que no sería viable el desarrollo de la resina como materia prima económicamente sostenible.
En la provincia de Guadalajara se pueden observar ya las primeras fases de resinación (desroñe y preparación de la cara) en algunos rodales de montes de pino resinero, como en el monte Las Cabezadas (nº 264 de UP) sobre el término de Semillas, en la comarca de la Sierra Norte.
Detalle del desroñe de la cara del pino a resinar y colocación de la grapa metálica que posteriormente volcará la miera sobre el pote que se coloque debajo de ésta