Uso de Suelos Colombianos No Corresponde con Su Vocación

A pesar de que el país tiene 114,17 millones de hectáreas, solo se usan 43,7 millones de ellas. En algunos casos se subutiliza su capacidad productiva y, en otros, se exceden sus capacidades naturales.

Según el Sistema de Información Ambiental de Colombia (SIAC), al final de la década  de los noventa, de los 114,17 millones de hectáreas que tiene Colombia, estaban destinadas a usos agrícolas 50,91 millones de hectáreas (44,6%) y el resto para usos no agrícolas. 
 
Para el año 2010, según el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Sostenible (MADS), se usaban solamente 4,9 millones de hectáreas en cultivos, 38,5 millones de hectáreas en actividades ganaderas y tan solo 350 mil hectáreas en otras actividades agrícolas. Para un total de 43,7 millones de hectáreas. 
El problema que subyace en esta utilización de tierras, de acuerdo con el SIAC, es su vocación. “La utilización de suelos no coincide con la aptitud de los mismos; de ahí que los impactos derivados de esta utilización sean imprevisibles y con consecuencias sobre una gran variedad de servicios ecosistémicos”, señala un informe sobre uso actual de los suelos en Colombia. 
 
Según el MADS, y con base en cifras del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, de las 38,5 millones de hectáreas que actualmente están destinadas a la ganadería, solo 19,3 millones tienen vocación ganadera. 
 
El hecho de subutilizar la capacidad productiva de los suelos, o de exceder sus capacidades naturales, implica que estos se degraden, con consecuencias como desertificación y degradación, y que, por otra parte, se presenten conflictos por su uso. 
 
Para el profesor Édgar Madero, especialista en manejo de suelos y aguas de la Universidad Nacional de Colombia en Palmira, en general en Colombia los suelos que presentan un mayor grado de baja calidad son las laderas, con excepciones de zonas como la cafetera. 
 
“El problema que se agrega a la subutilización de tierras en Colombia y a la degradación de las zonas de ladera es la deforestación de importantes bosques con nacederos de agua. Esto ocurre por la mentalidad de economía de escala sin sostenibilidad de algunos empresarios que solo piensan en talar bosques de forma indiscriminada, así como de otros agricultores que hacen una labranza inadecuada que facilita la erosión del suelo”, afirma Madero. 
 
Y es, según lo explica el experto, lo que está sucediendo en muchas zonas de ladera en donde se han ido perdiendo las propiedades que permiten que haya una porosidad suficiente para el drenaje del agua, poniendo el suelo duro y susceptible a la erosión. 
 
Sin embargo, señala que el país cuenta en general con buenos suelos y que cada región tiene un fortín de tierras que debe aprovechar. “El Valle del Cauca, por ejemplo, es la zona más tecnificada y organizada del país, mientras que en la Sabana de Bogotá este proceso hace mucha falta, ya que el estudio de los suelos ha sido mínimo”, precisa. 
 
Entre tanto, en la costa Atlántica hay zonas que necesitan una adecuación para que exista una agricultura tecnificada y de calidad. Sin embargo, hay sectores muy organizados como la zona bananera. 
 
El profesor Madero explica que en los Llanos Orientales hay un potencial agrícola enorme con grandes retos para el país. “Muchos estudios del Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) han demostrado que en los Llanos hay suelos planos propicios para la mecanización y cuentan con muchos ríos. Aunque tienen un clima cambiante, son suelos interesantes para desarrollar cultivos”. 
 
Destaca que el caso de palma africana le viene muy bien a los Llanos, pero se deben mejorar las condiciones de estas tierras que podrían generar una gran rentabilidad. 
 
“Es necesaria una voluntad política para visionar a los Llanos Orientales como un sector productivo. En algún momento, bajo la Presidencia de López Pumarejo, se visionó un proyecto con ferrocarril y pueblos comerciales, pero se quedó allí”. 
 
Finalmente, Édgar Madero señala que algunos grupos empresariales se han ido a los Llanos para identificar producciones en estas tierras, pero según él, todo ello requiere un gran apoyo del Gobierno.
 
Fuente: Universidad Nacional
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