Los diseñadores desarrollaron una respuesta arquitectónica influenciada por su contexto con una serie de estructuras simples pero variadas inmersas en la naturaleza.
Los árboles en áreas áridas son más resistentes a la sequía de lo que se pensaba. Sin embargo, el cambio climático está secando las regiones más húmedas, poniendo en riesgo incluso a los bosques más resilientes.
La escuela está hecha íntegramente de madera, desde su marco arquitectónico hasta su diseño interior. El edificio es decididamente eco-responsable y está arraigado en su comunidad.
La quema prescrita, el adelgazamiento de la restauración o una combinación de ambos son eficaces para reducir el riesgo de incendios forestales catastróficos
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