¿Cómo funciona el proceso de Reciclaje de papel?

Como todos sabemos el reciclaje del papel consiste en recuperar el papel ya utilizado para convertirlo en nuevos productos de papel. Este proceso ha ido ganando mayor importancia conforme hemos ido adquiriendo conciencia sobre la importancia de la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, hasta que en el año 1993 por primera vez se consiguió reciclar más papel del que se tiraba. Actualmente en España se recicla el 70% del papel que se consume, y la cifra sigue en aumento.

Razones para reciclar hay muchísimas; disminuimos la contaminación del aire y el agua, generamos puestos de trabajo, cada tonelada de papel reciclado salva 5 árboles, combatimos el calentamiento global, conservamos los recursos naturales, ganamos tiempo para reforestar el planeta, alargamos la vida útil de los materiales y un largo etcétera que brindan una gran cantidad de ventajas al planeta, y en consecuencia a nosotros mismos.

Aunque parezca mentira el reciclaje de papel no es un invento reciente, ya que existen datos de que en Japón ya se hacían transformaciones de papel en nuevo papel en el año 1031. No obstante, la primera fábrica que se dedicó al reciclaje de papel data de 1690 en Pensilvania, Estados Unidos. El fin era el mismo, los procedimientos sin embargo han variado considerablemente desde entonces.

Proceso de reciclaje del papel

 

¿Cómo es posible coger papel utilizado y reciclarlo para poder volver a utilizarlo como un producto nuevo? A continuación explicamos de forma breve y sencilla el proceso de reciclaje del papel, que pasa por varias fases.

El primer paso consiste en coger todo el papel utilizado y añadirle ciertos disolventes químicos para que las fibras del papel se separen, este proceso es conocido como la pastificación. También le añadimos una nueva pasta procedente de la madera, ya que sino la calidad del papel reciclado sería inferior a la calidad del originario.

Después se procede a la eliminación de todo aquel material que no sea papel, para asegurar así el correcto resultado del proceso y la ausencia de impurezas. Seguidamente todo el material restante pasa por un proceso de centrifugado, haciendo que todo el material se separe por su densidad y así poder llevar a cabo el siguiente paso que sería la flotación; el cual consiste en la eliminación de la tinta mediante burbujas de aire.

Posteriormente, se coge la pasta de papel restante y se lava mediante tubos pulverizadores para eliminar todas las partículas restantes que pudiesen quedar. Finalmente se blanquea el papel utilizando hidrosulfito de sodio o peróxido de hidrógeno. Y así es como conseguimos que el papel utilizado puede volverse a utilizar.

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