Libro: La geografía de la esperanza

Los bosques primarios de nuestro planeta son irremplazables—de vital importancia para la humanidad, para la estabilidad del clima, para la biodiversidad, para la calidad del agua dulce y por supuesto por su valor intrínseco. Son los ecosistemas terrestres en donde muchos valores se expresan en su máximo nivel. Poseen la mayor biodiversidad; son los depósitos de carbono más grandes; presentan la mayor diversidad lingüística y cultural; la mejor calidad del agua—y la lista continúa.

Ahora sabemos que estos valores también están interrelacionados. La remoción de grandes árboles, fundamentales para la estructura y composición del bosque tropical primario, ocasionan una disminución drástica de los depósitos de carbono del bosque pues el carbono se encuentra almacenado en estos viejos árboles. De manera similar, la eliminación de los grandes mamíferos frugívoros y de las aves por la cacería en los bosques tropicales primarios también provoca la disminución de los depósitos de carbono pues estos animales son esenciales para la dispersión de semillas de muchas especies del bosque tropical, en particular aquellas que tienen mayor capacidad de absorción de carbono.

Pese a ello y a su importancia capital y valor único, los bosques primarios se desvanecen ante nuestros ojos. Ya hemos perdido más de un tercera parte de la cubierta forestal del planeta y sólo un tercio de lo que resta puede considerarse bosque primario y, de éste, solo una quinta parte se encuentra en áreas protegidas o en territorios indígenas. Millones de hectáreas de bosques primarios continúan destruyendose, degradandose y fragmentandose anualmente.

Desde hace tiempo sabemos que debemos proteger los bosques primarios de la Tierra. Las señales de urgencia están por todas partes. En las impactantes estadísticas de degradación y pérdida forestal y en los reportes sobre la llegada de la sexta crisis de extinción global, recientemente declarada por los geólogos como la nueva época geológica—el Antropoceno—, que se distingue por nuestro monumental impacto sobre el planeta, por las sequías y altas temperaturas récord que se han vuelto tan frecuentes que ya son rutinarias y por la rápida disminución de los casquetes polares y de los glaciares. Sin embargo, se hace un claro énfasis sobre la importancia de la integridad de los bosques y los ecosistemas en el Acuerdo de París de 2015 y lo hace oficial por su firma en el Marco de la Convención sobre el Cambio Climático. No podemos esperar más. La conservación de los bosques primarios debe ser una prioridad global urgente, se lo debemos a nuestro planeta y a la diversidad de vida que ha producido durante millones de años; a los Pueblos Indígenas y a las comunidades cuyos medios de subsistencia y culturas dependen de los bosques que habitan, y quizás por sobre todo lo anterior, se lo debemos a nuestras generaciones futuras.

Peter a. Seligmann
Director Ejecutivo, Conservation International

Harrison Ford
Subdirector, Conservation International

CEMEX se complace en presentar la cuarta edición de su Serie Naturaleza, Geografía de la Esperanza: Salvando los Últimos Bosques Primarios. Este volumen se suma a dos décadas de tradición y veinte tomos de nuestra célebre Serie de Libros de Conservación. Estas ediciones combinan atractivas fotografías y textos que instruyen a las audiencias globales y confirman nuestro compromiso con la preservación de nuestro planeta.

Nos enorgullece publicar este libro en colaboración con la Fundación WILD, Conservation International y con Earth in Focus. En conjunto, el trabajo de estas organizaciones trasciende continentes y estimula a millones de personas para que busquen inspirar al mundo a proteger globalmente nuestro medio ambiente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *