Si eres dueño de tu propia empresa o estás en proyecto de formar una, seguro ya te habrás puesto a la tarea de crear tu plan de mercadeo. Si aún no lo has hecho, no hay mejor momento para hacerlo que ahora mismo.
Explicado de forma sencilla, el plan de marketing es el mapa que tiene tu negocio para llegar a sus metas y objetivos anuales, trimestrales y mensuales. Este debe contener las instrucciones, caminos a tomar y actividades a realizar para tener éxito. Como su propio nombre lo indica, requiere de mucha planificación para que no haya fallos… ya que sería inconcebible llevar las riendas de una empresa sin saber hacia dónde ir, ¿verdad?
Pero no te preocupes, si no sabes cómo crearlo aquí tendrás una guía básica y realmente sencilla para que puedas comenzar cuanto antes.
Paso 1: estamos aquí
Estamos en el punto inicial, es el momento para analizarnos como negocio, con la finalidad de conocer nuestras fortalezas y carencias actuales: qué factores nos pueden perjudicar en nuestro camino hacia la meta final, quiénes son nuestros aliados y todo el entorno en general. Para mantener nuestras ideas ordenadas podemos dividir este paso en análisis externo y análisis interno.
– Análisis externo: se refiere a todos los factores ajenos a nuestra empresa que de un modo u otro pueden influir o afectar en la ejecución del plan de mercadeo. Algunos de estos factores pueden ser: la economía local, la densidad de población, permisos legales e inclusive el sistema de gobierno donde esté establecida la empresa.
– Análisis interno: esta vendría siendo en parte una autoevaluación de tu empresa, sobre cómo ha estado produciendo, si se han alcanzado metas previas y bajo qué estrategias; de no haber funcionado algún plan anterior se debe determinar por qué. Si tu empresa aún es muy nueva o está recién conformada también sirve un análisis sobre tus herramientas actuales de trabajo y del equipo que conformas con tus empleados o socios.
Al final de este paso tendrás una lista con debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades.
Paso 2: ¿Cuál es la meta?
Se trata de la fijación de objetivos. Podemos escoger metas y objetivos a corto, mediano y largo plazo. Hay objetivos de origen cuantitativo y cualitativo.
En este punto también es importante tener en cuenta que dichos objetivos deben ser realistas y en concordancia con los lapsos de tiempo establecidos para evitar caer en la frustración. Para determinar esto se deben tener en cuenta los datos obtenidos del punto anterior. Por ejemplo: si tu empresa en 3 años cuenta con 100 clientes fijos, sería poco realista pensar que puedes llegar a abarcar en 3 meses a más de 1000 clientes repetidores.
Paso 3: ¿Cómo llegaremos? ¿En cuánto tiempo?
Es momento de conformar una estrategia basada en nuestros objetivos y nuestra situación actual, para ello escogeremos las herramientas que mejor puedan beneficiarnos. En cierto modo este paso sería el equivalente a trazar el mapa para llegar a la meta establecida. Las principales estrategias a tener en cuenta son:
– Estrategia de cartera: se encarga de la contemplación producto-mercado y todas las alternativas para la renovación de las mismas con estudio en el impacto que pueda causar la una sobre la otra.
– Estrategia de segmentación: el mercado, es decir, los clientes y potenciales clientes pueden dividirse en diferentes categorías de acuerdo a sus características. La estrategia consistiría en crear varias propuestas o una en general que pueda llegar a la mayor cantidad de grupos y estratos.
– Estrategia de posicionamiento: es el cómo grabar en la mente del consumidor la marca de nuestra empresa. Eso se suele por asociación del producto con la cotidianidad, por el precio accesible o por el estilo de vida que representa.
Paso 4: a seguir el plan de acción
Es momento de aplicar las decisiones estratégicas. Se toma acción sobre precio, productos, ventas, distribución y comunicación; es decir, que sobre estas variables comenzará tu plan de acción. Tendrás que implementar, quizás, medidas con respecto a la modificación del precio, en cuanto al presupuesto para publicidad o asignar recursos humanos.
A partir de este momento la autoevaluación debe ser constante, para evitar desvíos y fallos que impidan el cumplimiento de los objetivos. Una corrección a tiempo nos hace crecer como líderes y empresarios.
Como has podido notar, cada paso va en sincronía con el anterior. La coordinación, coherencia y cohesión debe ser total para garantizar excelentes resultados. Y claramente lo anterior mencionado debe ir en compañía de la entrega y dedicación que le tienes a tu negocio. A partir de este momento eres el guía de tu equipo de trabajo y si ellos ven en ti la pasión por alcanzar los objetivos, ten por seguro que ellos te imitarán y se inspirarán en ti para también cumplir su labor.
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Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.
Twitter: @edigomben