Recientemente se ha identificado la contaminación atmosférica como un factor de riesgo para la demencia, y varios estudios han señalado a diversos contaminantes.
Un bosque urbano es muy similar a un bosque tradicional, y el término abarca todos los árboles de una zona urbana . Desde las viejas ceibas de los parques locales hasta los nogales y guayacanes.
El fresno de Argyle Street seleccionado como el Árbol del Año del Reino Unido 2025 coincidiendo con el 850 aniversario de Glasgow.
Los bosques absorben el 30% del CO2 de combustibles fósiles, pero la fragmentación por urbanización afecta su capacidad. Investigaciones muestran que los bordes de bosques urbanos almacenan más carbono, aunque son vulnerables al cambio climático. Descubre su impacto crucial.
Los autores examinaron la pregunta: “¿Qué sucede en tu cerebro cuando caminas por la calle?” y concluyeron que los entornos urbanos no son agradables para el cerebro humano.
La investigación muestra cómo el acceso a la naturaleza en las ciudades aumenta la actividad física y, por tanto, la salud general.
Un estudio revela que flores silvestres en suelos urbanos contaminados acumulan metales como plomo y arsénico, dañando a abejas y polinizadores.
La urbanización, incluido el desarrollo de parques, está reduciendo los hábitats naturales de las plantas y los animales.
Como resultado de las estrictas leyes sobre emisiones de vehículos, los niveles de aerosoles orgánicos se han reducido significativamente en todo Estados Unidos, pero la caída ha sido particularmente dramática en Los Ángeles, que comenzó con un nivel más alto.
Investigadores encontraron una asociación entre la exposición a espacios verdes y cobertura de árboles y un menor riesgo de depresión posparto entre las madres.
